Por Fausto Frank
El periódico norteamericano New York Post, publicó este 25 de agosto, un artículo titulado “Las ‘hamburguesas’ de gusanos podrían resolver el hambre en el mundo, afirman los científicos”. “Los bichos espeluznantes podrían ser la clave para resolver el hambre en el mundo, comiéndolos como alimento. Científicos de Corea del Sur han cocinado gusanos de la harina, o larvas de escarabajos, junto con azúcar para crear “carne”, y afirman que tiene un sabor auténtico”, sostiene el artículo.
El estudio viene de anillo al dedo a la mentada Agenda 2030, difundida por las Naciones Unidas. De hecho, la misma nota reconoce: “La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación incluso se refirió a los insectos como ‘una fuente de alimento saludable y altamente nutritiva con un alto contenido de grasas, proteínas, vitaminas, fibras y minerales'”.
“Recientemente, comer insectos se ha vuelto interesante debido al costo creciente de la proteína animal, así como a los problemas ambientales asociados”, sostiene el Dr. Hee Cho, líder del proyecto de la Universidad de Wonkwang, en un comunicado de prensa.
El artículo argumenta la propuesta a partir de la necesidad de combatir, cómo no, al “cambio climático”: “Debido a que se estima que la población mundial alcanzará los 9.700 millones para 2050, un gran salto de nuestra población actual de casi 8.000 millones, las alternativas a la carne son muy buscadas, debido a su efecto sobre el medio ambiente. El cambio climático está parcialmente alimentado por las emisiones de las vacas, debido al metano que producen, de ahí la necesidad de sustitutos de la carne de res. Para aquellos que no están dispuestos a deshacerse de sus hamburguesas, los científicos podrían haber encontrado la solución con los gusanos de la harina: molerlos y sazonarlos para que tengan el mismo sabor que los reales”.
Por supuesto, no podían dejar de atribuir a la novedosa comida, un cúmulo de supuestos efectos benéficos: “De hecho, los bichos son una gran fuente de nutrientes que el cuerpo necesita, similar a la carne, según los investigadores, y se ha demostrado que reducen el colesterol y la inflamación mientras mejoran los ritmos cardíacos, según los investigadores. ‘Los insectos son una fuente de alimentos nutritivos y saludables con altas cantidades de ácidos grasos, vitaminas, minerales, fibra y proteína de alta calidad, que es como la carne’, dijo Cho. ‘El gusano de la harina contiene aminoácidos esenciales beneficiosos y tiene un alto contenido de ácidos grasos insaturados'”.
Como este grupo de científicos, alineados a la Agenda 2030, percibe la obvia dificultad de introducir este tipo de dieta a nivel mundial, buena parte de la investigación se destinó a encubrir el sabor y aspecto original del mismo: “El gusano de la harina es uno de los insectos comestibles más utilizados en el mundo. Sin embargo, los insectos comestibles no son universalmente aceptados en nuestras culturas alimenticias debido a su apariencia repelente y características de sabor únicas”, agregó Cho, quien plantea la solución de moler los gusanos en un condimento y luego mezclarlos con azúcar, elaborando un producto “similar a la carne”.
“Como resultado de este estudio, 10 de los sabores de la reacción se optimizaron en función de las preferencias del consumidor”, sostuvo la coautora Hyeyoung Park, quien presentó la investigación en la American Chemical Society de Chicago.
Como es de suponer, este tipo de investigaciones solo son un primer paso para luego ir hacia una producción masiva, lavado de cabeza generalizado mediante. Habrá que acostumbrarse en los próximos años a ver en los programas de radio, televisión, series y películas a “comprometidos defensores” del planeta contra el “cambio climático”, explicándonos que la actitud ética en este nuevo tiempo de hambrunas globales generadas, pasará por comer gustosos y nutritivos gusanos.
