La histórica empresa Celulosa Argentina informó este miércoles a la CNV que sus plantas de Capitán Bermúdez (Santa Fe) y Zárate (Buenos Aires) quedaron completamente paralizadas. Solo se realizan tareas de mantenimiento menor con personal que no se encuentra de licencia. La decisión responde, según el comunicado, al «marcado deterioro del capital de trabajo» y se enmarca en una de las crisis más severas de la historia de la empresa.
La icónica papelera argentina, con más de 100 años de trayectoria, arrastra meses de fuertes desequilibrios operativos y financieros. En mayo cayó en default, en junio presentó una propuesta de reestructuración de deuda por u$s128 millones que todavía no logró cerrar, y en julio fue demandada por quiebra por uno de sus principales acreedores.
A mediados de julio, la situación escaló: Tecmaco Integral, uno de sus principales acreedores, presentó un pedido de quiebra en el Juzgado Civil y Comercial Nro.1 de San Lorenzo, Santa Fe. La empresa tenía plazo hasta el 21 de julio, tras la feria judicial, para contestar la demanda. Hasta ahora no emitió una respuesta pública.