Capitalismo salvaje y opinión pública – Parte 2 – Por Ricardo Vicente López

Por Ricardo Vicente López

El mayor defecto del olvido es que muchas veces incluye la memoria.
Jorge Luis Borges

Parte II – El origen y los primeros intentos de control

Para el tratamiento de este tema voy a recurrir a la autoridad académica del profesor emérito del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) Noam Chomsky [1] (1928), filósofo y activista estadounidense, especialmente en su libro que lleva por título El control de los medios de difusión. Los espectaculares logros de la propaganda, Editorial Crítica (2000). Como un sencillo homenaje de mi parte, a este docente, investigador, crítico meticuloso, que se ha dedicado en estas últimas décadas a analizar el funcionamiento y el papel que cumplen los medios de información.

No debe entenderse esto como una historia política o económica del país del Norte. Lo que ha hecho el profesor Chomsky es ofrecer una respuesta a una pregunta sencilla, pero que requiere una mirada aguda y penetrante como la que él demuestra tener: ¿por qué es tan sumiso y crédulo el público estadounidense? [2] Tal vez, Ud. amigo lector, puede sorprenderse por esta afirmación. Traigo como un ejemplo de ello la explicación que ofrece Wikipedia:

«Homero Simpson representa el estereotipo del estadounidense medio, según la definición de su creador: Matt Groening, se limita a ir a la taberna con sus amigos, beber cerveza, ver la televisión y asistir a algún partido de béisbol. Es grosero, incompetente, torpe, vago y descuidado. Sus rasgos más comunes de personalidad son la estupidez, la pereza, el egoísmo y una ira explosiva. Su bajo nivel de inteligencia es descrito por el director David Silverman [3] como «creativamente brillante en su estupidez».

Esto, que es una confesión respecto a cómo definir al ciudadano medio no tiene una difusión mayor dado que el aparato publicitario de Hollywood nos ha acostumbrado a otros estereotipos.

Volvamos a Chomsky: la historia que el autor nos relata, más el análisis meticuloso de ella, tiene una enorme importancia para el conocimiento del mundo global, a partir del siglo XX, también para nuestro caso: Argentina y la América toda, acerca de cómo se maneja la información nacional e internacional. El resultado es un intento de convencer a los grandes públicos respecto de la existencia de una sola verdad, la que ellos comunican. Esa verdad, no es más que un relato diseñado para servir al ocultamiento del saqueo y la depredación del planeta y del empobrecimiento de más de las dos terceras partes de la población mundial. Todo ello para el enriquecimiento de una pequeña minoría privilegiada.

En el libro citado vuelve, una vez más sobre la que parece ser una de sus obsesiones investigativas. El título en castellano, que traduce Media control del inglés, suena de una manera ambigua en nuestra lengua: podemos preguntar ¿los medios son los que controlan o son los controlados? El subtítulo nos da ya una pista de hacia dónde apunta. Si los logros de la “propaganda” son los “espectaculares”, queda claro que es el primer significado el que vale. Comienza su exposición proponiendo un tema fundamental para la vida política de las democracias occidentales:

«El papel de los medios de comunicación en la política contemporánea nos obliga a preguntar por el tipo de mundo y de sociedad en los que queremos vivir, y qué modelo de democracia queremos para esta sociedad. Permítaseme empezar contraponiendo dos conceptos distintos de democracia. Uno es el que nos lleva a afirmar que en una sociedad democrática, por un lado, la gente tiene a su alcance los recursos para participar de manera significativa en la gestión de sus asuntos particulares, y, por otro, los medios de información son libres e imparciales. Si se busca la palabra democracia en el Diccionario de la Lengua se encuentra una definición bastante parecida a lo que acabo de formular. Una idea alternativa de democracia es la de que no debe permitirse que la gente se haga cargo de sus propios asuntos, a la vez que los medios de información deben estar fuerte y rígidamente controlados. Quizás esto suene como una concepción anticuada de democracia, pero es importante entender que, en todo caso, es la idea predominante».

Se me ocurre pensar, después de haber leído este párrafo, que la tan mencionada “libertad de prensa”, encierra y oculta la verdad de “la libertad de empresa”. El parámetro de la importancia otorgada a este criterio como medida de la “democraticidad” — palabra que propone el politólogo italiano Giovani Sartori (1924-2017) [4] — el podes queda en manos de los medios de comunicación: ¡nada menos!

Como para Chomsky la problemática está centrada en el análisis de la capacidad enorme y brutal señalada en el subtítulo Los espectaculares logros de la propaganda, comienza a historiar sus orígenes modernos:

«Empecemos con la primera operación moderna de propaganda llevada a cabo por un gobierno. Ocurrió bajo el mandato de Woodrow Wilson (1856-1924). Este fue elegido presidente en 1916 como líder de la plataforma electoral Paz sin Victoria, cuando se cruzaba el ecuador de la Primera Guerra Mundial. La población estadounidense era muy pacifista y no veía ninguna razón para involucrarse en una guerra europea; sin embargo, la administración Wilson había decidido que el país tomaría parte en el conflicto. Había por tanto que hacer algo para convencer a la sociedad de la idea de la obligación de participar en la guerra. Y se creó una comisión de propaganda gubernamental, conocida con el nombre de Comisión Creel [5]. Esta, en seis meses, logró convertir una población pacífica en otra histérica y belicista que quería ir a la guerra y destruir todo lo que oliera a alemán, despedazar a todos los alemanes, y salvar así al mundo. Se alcanzó un éxito extraordinario que conduciría a otro mayor todavía: precisamente en aquella época y después de la guerra se utilizaron las mismas técnicas para amenazar con lo que se conocía como Miedo Rojo [6]. Ello permitió la destrucción de sindicatos y la eliminación de problemas tan peligrosos como la libertad de prensa o de pensamiento político. El poder financiero y empresarial y los medios de comunicación fomentaron y prestaron un gran apoyo a esta operación, de la que, a su vez, obtuvieron todo tipo de ventajas».

1 Es profesor emérito en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y una de las figuras más destacadas del siglo XX y XXI. A lo largo de su vida, ha ganado también reconocimiento mundial por su activismo político, caracterizado por una visión fuertemente crítica de la sociedad capitalista estadounidense.

2 Situación que se extendió en los países de cultura occidental.

3 Es un productor y director de cine y televisión estadounidense.

4 Prestigioso investigador en el campo de la Ciencia Política, especializado en el estudio comparativo de la política. Su obra es de las más destacadas de las Ciencias Sociales. En 2005 obtuvo el Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales.

5 George Creel (1876-1953) fue un periodista investigador, un político, y especialmente fue famoso por ser el jefe del Comité de información pública una organización de propaganda Norteamericana creada por el presidente Woodrow Wilson durante la Primera Guerra Mundial.

6 El miedo rojo es una forma de pánico moral provocado artificialmente por el temor al auge de ideologías, especialmente el comunismo y el socialismo de izquierda, en la sociedad occidental.

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