
Pekín está elaborando un sistema de «usuarios finales validados» para agilizar los envíos de imanes de tierras raras a empresas civiles estadounidenses aprobadas, mientras bloquea el acceso a contratistas del sector militar, reveló un informe este martes. Esta medida, inspirada en los controles de exportación de Washington, permitiría a China cumplir con las promesas de alivio de restricciones comerciales hechas al presidente Donald Trump, sin extenderlas a firmas de defensa. Las tierras raras son cruciales para hardware militar como los aviones F-35 y drones, así como para electrónicos de consumo como los iPhones. La Casa Blanca no respondió a solicitudes de comentarios, y Pekín aún no ha especificado qué compañías estadounidenses recibirán licencias generales de exportación.
China domina el 70% de la minería global de tierras raras y el 90% de su procesamiento. En octubre de 2025, Pekín anunció que las entidades extranjeras necesitarían licencias especiales a partir del 1 de diciembre para exportar productos con más del 0,1% de tierras raras o imanes, lo que generó alarmas en las cadenas de suministro. Tras un alto el fuego comercial con Trump, las medidas se pospusieron un año. Un reporte de Reuters del 7 de noviembre de 2025 indica que insiders de la industria dudan de que Beijing levante por completo las restricciones, como espera la administración estadounidense.
La nueva política de exportación podría interrumpir a empresas estadounidenses que producen bienes de uso dual, como fabricantes de automóviles y firmas aeroespaciales que atienden tanto a clientes civiles como militares. La Casa Blanca interpreta el compromiso chino de emitir licencias generales como el fin efectivo de restricciones previas, aunque persiste el escepticismo sobre su implementación real.
En respuesta, la administración Trump busca diversificar fuentes de tierras raras, incluyendo un acuerdo de minerales críticos con Kazajistán anunciado a inicios de noviembre de 2025. Además, el presidente ha manifestado interés en explotar depósitos en Groenlandia y Ucrania para reducir la dependencia de los suministros chinos y fortalecer la seguridad nacional.

