
La ola de frío que azota la Franja de Gaza ha cobrado una nueva víctima: un bebé de apenas un mes, Saeed Asaad Abideen, fallecido este jueves en el hospital Nasser de Jan Yunis debido a hipotermia severa. El menor ingresó con una temperatura corporal de solo 30 grados, según informaron fuentes médicas locales.
Con esta muerte, ascienden a 13 las personas que han perdido la vida en centros hospitalarios gazatíes por causas relacionadas con el intenso frío en las últimas semanas. El Ministerio de Salud de Gaza había alertado el día previo sobre el riesgo inminente para la población desplazada, expuesta a condiciones extremas sin refugio adecuado.
La tragedia se enmarca en una crisis humanitaria profundizada por el conflicto prolongado y las restricciones a la ayuda. Casi dos millones de palestinos –el 90% de la población de Gaza– viven desplazados entre ruinas, con el 81% de las infraestructuras destruidas, según datos recurrentes de organismos internacionales. Las tormentas invernales recientes, como la Byron, han inundado miles de tiendas de campaña y provocado derrumbes, agravando el sufrimiento de 1,5 millones de desplazados que carecen de abrigos, mantas y refugios resistentes.
Organizaciones como la ONU, UNRWA y Médicos Sin Fronteras han denunciado obstáculos persistentes en la entrada de ayuda humanitaria, incluyendo materiales esenciales para el invierno. Aunque existe un alto el fuego frágil, las agencias humanitarias reportan que los suministros llegan de forma limitada, dejando a la población vulnerable a enfermedades respiratorias, hipotermia y colapsos estructurales.
Hazem Qasem, portavoz de Hamás, responsabilizó directamente a Israel por estas muertes, al considerar que las condiciones inhumanas derivan de la destrucción sistemática y el bloqueo. Por su parte, autoridades israelíes, a través de la agencia COGAT, aseguran facilitar la entrada de tiendas y ropa de abrigo, aunque sin proporcionar evidencias detalladas recientes.Expertos de la ONU advierten que, sin acceso irrestricto a ayuda, el invierno podría causar más víctimas, especialmente entre niños, ancianos y enfermos crónicos. La comunidad internacional ha instado a levantar todas las restricciones para evitar una catástrofe mayor en un territorio ya devastado por años de conflicto.

