Por Ricardo Vicente López
Parte VIII.- La Comisión Creel – Su importancia
Es necesario volver a este tema porque podremos encontrar allí las raíces de las peores consecuencias que se han producido en el seno de la sociedad llamada Occidental y Cristiana, siendo estos conceptos nada más de una máscara. Encubre, con ello, las mayores bajezas, los más bajos sentimientos y la mayor codicia de dinero, a cualquier precio. Digo esto apuntando a lo más grave de su significado. Es occidental, por un capricho de la burguesía triunfante a partir del siglo XVI que se autocalificó de mundo civilizado [1], en detrimento de las riquísimas culturas orientales; además carece de antecedentes respetables para considerarse cristiano, cultura nacida en el Oriente-medio y romanizada a partir del siglo IV.
La distribución de los bienes producidos tiene una larga historia, reconoce el momento de la apropiación desigual de los bienes, su origen hace unos doce mil años atrás en que se pueden encontrar sus primeras manifestaciones [2] que dio lugar, luego, a sociedades desiguales. La consolidación del tipo de sociedad desigual se fue desarrollando con el asentamiento de las bandas de hombres nómadas en territorios cultivados. La sociedad capitalista institucionalizó la propiedad privada, especialmente de los medios de producción; esto encontró en la Revolución industrial inglesa (1720-1860) un desarrollo muy importante que acentuó la distancia entre pobres y ricos. [3]
Las condiciones para la aparición de conflictos ya estaban establecidas. Esto creó una especial incertidumbre en las clases privilegiadas que comenzaran a temer la aparición de revueltas sociales reclamando condiciones más justas. La primera Guerra Mundial generalizó la violencia armada. Ese sector, que acumulaban gran parte de los privilegios en los Estados Unidos, que rodeaban al presidente Thomas Woodrow Wilson (1913-1921) diseñaron una estrategia para desplazar a los británicos del dominio global, dado que preveían que cuando terminara esta guerra Gran Bretaña no estaría en condiciones de mantener ese poder.
Para el cumplimiento de ese plan debería, necesariamente, participar en la contienda. El paso necesario era convencer al pueblo de los Estados Unidos de la necesidad de preservar la paz en su propio territorio [esto estaba muy lejos de suceder]. Debemos recordar que en ese país se había producido una larga guerra interna, que fue devastadora y había costado una cantidad muy importante de bajas en ambos bandos. Es conocida como Guerra de Secesión:
«Esta Guerra, también conocida como la Guerra Civil Estadounidense, fue un conflicto armado entre 1861 y 1865 en los Estados Unidos. Se produjo por la secesión de varios estados del sur, que formaron la Confederación, debido a tensiones sobre la esclavitud y los derechos estatales, enfrentándose a la Unión (los estados del norte)».
Este conflicto había costado una cantidad muy importante de bajas, más de un millón y medio (aunque el gobierno nunca reconoció esa cifra). Esa cicatriz en la conciencia colectiva seguía latente en la ciudadanía. El equipo del presidente, que tiempo después, y hasta hoy, pasó a denominarse el Deep-state («estado profundo»), tenía plena conciencia de ello, para resolver ese escollo diseñó un plan novedoso y audaz. «El «deep state» o «estado profundo» es un término que se refiere a una red no oficial, y a menudo secreta, de poder dentro de un gobierno que opera de modo independiente de la dirección política elegida democráticamente. Por lo tanto responde a sus propios objetivos. Este concepto, aunque tiene raíces históricas en Turquía, ha ganado importancia en varios países. Estados Unidos no era una excepción. Se utiliza para describir acusaciones de funcionarios gubernamentales que influyen en las políticas de manera encubierta».
Aparece en escena un personaje muy importante para lo que sucedería después: George Creel (1876-1953) periodista investigador, político, especialmente famoso por ser después el Jefe del Comité de información pública, un organismo de propaganda estadounidense, creada durante la Primera Guerra Mundial por el presidente Woodrow Wilson (1856-1924).
Su trabajo durante la Primera Guerra Mundial
Creel reunió a numerosos artistas norteamericanos que crearon miles de pinturas, pósteres, historietas, y esculturas promoviendo el apoyo a la guerra. También recogió apoyo de coros, clubes sociales, e instituciones religiosas para unirse a «la mayor aventura en la historia de la publicidad». Reclutó unos 75.000 «hombres de cuatro minutos», denominados así porque estaban entrenados para hablar durante un tiempo de cuatro minutos sobre la guerra en diversas ocasiones: eventos sociales, teniendo en cuenta el tiempo promedio de atención del ser humano según se estimaba en esa época.
Los temas desarrollados comprendían la conscripción, raciones de guerra, bonos de guerra, jardines de la victoria y las razones por las que se estaba peleando. Estos hombres eran parte del esfuerzo por mantener la moral de la población. Se estima que para el final de la guerra, ellos habían realizado más de 7,5 millones de discursos a 314 millones de personas. Debe tenerse en cuenta que la población de los Estados Unidos en 1910 era de 92.000.000.
Creel escribió libros y discursos. El libro How the War Came to America (Cómo llegó la guerra a Estados Unidos) fue traducido a muchos idiomas, e incluía el discurso sobre la guerra de Wilson; se vendieron unos siete millones de ejemplares. Creel también diseñó numerosos panfletos que luego fueron distribuidos con ayuda de los Boy Scouts of America. Se distribuyeron casi 60 millones de panfletos, y hojas de propaganda. Si bien no toda la gente cambió su forma de pensar sobre los esfuerzos para la guerra, Creel tuvo éxito en llegar con el mensaje a toda la gente.
1 Sugiero la lectura del texto Civilizados y bárbaros en la página www.ricardovicentelopez.com.ar – Sección Biblioteca, para mayor información.
2 Para un análisis más profundo sugiero mi trabajo El hombre originario Primera parte, en la página citada.
3 Recordar lo dicho en las Partes III y V de esta serie.