El Gobierno de Estados Unidos dio la bienvenida este lunes al primer grupo de 49 afrikáners (sudafricanos blancos descendientes de colonos neerlandeses) que llegaron al país en calidad de refugiados, huyendo de lo que el presidente, Donald Trump, califica como «genocidio».
«Es un genocidio lo que está ocurriendo», ha afirmado Trump ante los medios. «Los agricultores blancos están siendo sistemáticamente atacados y Estados Unidos no se quedará de brazos cruzados mientras estas familias son perseguidas solo por el color de su piel».
El subsecretario de Estado, Christopher Landau, recibió a los ciudadanos sudafricanos en el Aeropuerto Internacional de Dulles, a las afueras de Washington.
«Cuando tienes semillas de calidad, puedes sembrarlas en tierra extranjera y florecerán. Nos emociona darles la bienvenida a nuestro país, donde creemos que florecerán», dijo Landau a los recién llegados, que tienen previsto desplazarse a otras partes del país.
Los afrikáners, descendientes principalmente de colonos holandeses asentados en el sur de África desde el siglo XVII, han sido objeto de atención por parte de sectores conservadores de los Estados Unidos, especialmente tras la aprobación de una ley sudafricana que permite, en ciertas circunstancias, la expropiación de tierras sin indemnización. Esta legislación, defendida por el Gobierno sudafricano como parte de su «programa de justicia agraria», ha generado inquietud en Washington.