El gobierno británico planea ampliar las medidas de vigilancia mediante la implementación de cámaras capaces de analizar movimientos y emociones en espacios públicos.
Según el Daily Mail, esta expansión del reconocimiento facial pretende, por un lado, combatir la delincuencia y prevenir los suicidios. Sin embargo, en realidad, implica una expansión de la vigilancia. La policía también quiere un acceso más amplio a las bases de datos para comparar las imágenes de las cámaras de seguridad con las fotos de los pasaportes.
A principios de diciembre, el gobierno británico lanzó una consulta sobre el asunto. Hasta el 12 de febrero, grupos de interés, empresas y particulares, así como el público en general, pueden completar un cuestionario sobre la legislación propuesta y expresar sus opiniones sobre las medidas previstas. Diez cuerpos policiales de Inglaterra y Gales ya utilizan el reconocimiento facial en vivo. Este consiste en grabar el rostro de una persona al pasar frente a una cámara y comparar la imagen con una lista de fotos de personas buscadas. Las medidas propuestas irían mucho más allá.
Las nuevas tecnologías podrían analizar el cuerpo y sus movimientos para obtener información sobre la persona, como sus emociones o acciones. Por ejemplo, el gobierno afirma que se podría enviar una alerta a una comisaría si se ve a alguien paseando por un punto de acceso al suicidio. También se podría identificar la ropa que lleva puesta o el vehículo que utiliza. Según el ejemplo del gobierno, esto podría acelerar la detención de delincuentes, por ejemplo, al permitir la búsqueda de una prenda de vestir de un color específico. También se está considerando el reconocimiento de voz e iris.
“El uso confiable, seguro y consistente del reconocimiento facial y tecnologías similares a una escala significativamente mayor requiere un marco legal más específico”, declaró Sarah Jones, Ministra de Crimen y Policía. Un nuevo marco legal garantizaría que la policía pudiera usar las nuevas tecnologías, manteniendo al mismo tiempo la confianza pública. El político británico David Davis afirmó que otorgar a la policía acceso a las bases de datos gubernamentales “prepararía el terreno para un estado de vigilancia en todo menos en el nombre”.
Las nuevas cámaras son solo una de las muchas medidas o proyectos de vigilancia en Gran Bretaña que restringen la privacidad y la libertad de expresión. Por ejemplo, la «Ley de Seguridad en Línea» entró en vigor en julio, imponiendo directrices estrictas a las plataformas de redes sociales sobre qué contenido debe ser objeto de control. Esto incluye, entre otros, la «incitación al odio racial» o el «odio basado en la religión o la orientación sexual». Sin embargo, sigue siendo extremadamente vago qué declaraciones específicas entran en estas categorías y cuáles no.
