Por Juan Manuel de Prada
La decisión del doctor Sánchez y sus mariachis de resolver unilateralmente un contrato de compraventa de munición para la Guardia Civil firmado con una empresa israelí nos sirve para explicar el ‘modus operandi’ de la demagogia.
El doctor Sánchez sabe que sus adeptos seudoizquierdistas necesitan enarbolar ‘causas’ retóricas muy campanudas y rimbombantes, puros fetiches o señuelos que actúen como subterfugios morales, para tranquilizar su mala conciencia y enmascarar su inhumanidad bajo el paraguas de un activismo vacuo y estridente. Y, sin duda, entre los fetiches o señuelos predilectos de los adeptos del doctor Sánchez (así como de la izquierda caniche que le sirve de muleta) se halla la defensa pinturera y falsorra del pueblo palestino. A los adeptos del doctor Sánchez y de la izquierda caniche les importa un comino el destino de los palestinos, pero necesitan de vez en cuando hacer aspavientos que hagan creer lo contrario. Esta es la razón por la que, en su día, el doctor Sánchez hizo un reconocimiento puramente retórico del Estado palestino, mientras mantenía contratos militares con empresas israelíes. Hay que ser, desde luego, un desaprensivo para reconocer retóricamente el Estado palestino a la vez que vendes a Israel vehículos con los que se dedica a masacrar a civiles palestinos indefensos; pero el doctor Sánchez sabe bien que a sus adeptos, para tranquilizar su negra conciencia, les basta con sacar a paseo de vez en cuando el fetiche propalestino.
Esta afirmación no la hago a humo de pajas, sino que la he comprobado en mis propias carnes: cuan-do escribí un artículo -el primero que se publicó en España tras el atentado de Hamás, cuando todos los medios al servicio del doctor Sánchez y de la izquierda caniche callaban como putas- denunciando los abusos infames sufridos por los palestinos durante décadas, los medios afines al doctor Sánchez y a la izquierda caniche me pasaron la mano por el lomo; en cambio, cuando denuncié que el reconocimiento retórico del Estado palestino era un aspaviento hipócrita que escondía la compra y la venta de armas a Israel, la misma patulea que me había pasado la mano por el lomo unos meses antes me lanzó sus zarpazos. Y el ‘modus operandi’ demagógico que entonces utilizaron para el reconocimiento retórico del Estado palestino es el mismo que ahora emplean para resolver ese contrato de compraventa de munición para la Guardia Civil, que no es sino uno entre los más de cuarenta que han suscrito con empresas israelíes, aprobados en Consejo de Ministros y con el beneplácito de sus muletas de la izquierda caniche, entre 2023 y 2025, por una cifra superior a mil millones de euros.
Pero estas maniobras demagógicas no serían posibles sin la inestimable ayuda de las derechas, que las favorecen con su aplauso a las criminales masacres israelíes. Así consiguen que señuelos tan burdos, urdidos para tranquilizar negras conciencias. parezcan nobles compromisos humanitarios.
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