Un nuevo escándalo sacude al gobierno de Javier Milei tras la denuncia del periodista Carlos Pagni sobre el ingreso irregular de Laura Belén Arrieta, una mujer vinculada a la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC), quien habría llegado al país en un vuelo privado de matrícula extranjera N18RU que despegó del Aeropuerto Internacional de Miami el martes 25 de febrero con destino a Buenos Aires y aterrizó ese mismo día en Aeroparque con numerosas valijas que no fueron revisadas por la Aduana. Según Pagni, una “orden de arriba” habría impedido los controles habituales, desatando un revuelo que obligó al organismo a abrir una investigación interna. “cuando la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) y la Aduana intentaron realizar un operativo (de control), hubo una orden de arriba que indicó que no se revisara nada”, explicó el periodista.
Arrieta pasó de ser azafata de la empresa aérea Flyest, que quebró en 2021, a ser gerenta de empresas radicadas en Miami como OCP Tech y COC Global Enterpraise, tal como figura en su perfil de Linkedin. Su jefe en ambas firmas es un empresario con terminales en la CPAC y el mundillo republicano de Estados Unidos, Leonardo Scatturice, al que también se lo vinculó con la SIDE y la división de Inteligencia de la Policía Bonaerense. En febrero de este año, el periodista Alconada Mon reveló que Scatturice mantuvo un encuentro en EEUU con Santiago Caputo.
El costo del vuelo privado en el que llegó Arrieta no bajaría de los 100 mil dólares, a lo que habría que sumarle los días de alquiler del hangar en el que (supuestamente) estuvo guardado durante más de una semana. El avión en cuestión es un Bombardier Global 5000, propiedad del empresario colombiano Ricardo Uribe, de Rua Group.
El caso, revelado en el programa Odisea en La Nación+, señala que Arrieta, de 32 años, arribó la semana pasada al Aeroparque Jorge Newbery en una aeronave privada, acompañada de un equipaje que, según fuentes, era “considerable”. Aunque la Policía de Seguridad Aeroportuaria y la Aduana intentaron realizar un operativo de rutina, la intervención habría sido frenada por una instrucción superior, lo que generó sospechas y críticas inmediatas. “Hay un revuelo en la Aduana”, afirmó Pagni, comparando el episodio con el escándalo del valijero Antonini Wilson durante el gobierno Kirchner.
La protagonista del caso, Laura Belén Arrieta, es una exazafata que pasó de trabajar en la aerolínea Flyest (que quebró en 2021) a desempeñar un rol destacado en la organización de la CPAC Argentina, un evento conservador celebrado en diciembre pasado en el Hotel Hilton, donde se la vio interactuando con figuras clave del gobierno libertario. Además, según su perfil de LinkedIn, actualmente ocupa cargos gerenciales en empresas con sede en Miami, como OCP Tech y COC Global Enterprise, lo que ha alimentado especulaciones sobre los motivos de su viaje y el contenido de las valijas.
La oposición no tardó en reaccionar. El diputado nacional de la Coalición Cívica, Maximiliano Ferraro, presentó un pedido de informes en el Congreso y anunció una solicitud de acceso a la información pública para esclarecer el incidente. “¿Quién dio la orden de no revisar las valijas? ¿Qué había en ellas?”, cuestionó Ferraro, exigiendo transparencia al gobierno que, según él, “predica pero no practica” la lucha contra la discrecionalidad.
En respuesta, la Aduana emitió un comunicado oficial en el que calificó las acusaciones como “rumores” destinados a desprestigiar al organismo. Aseguraron que tanto la aeronave como los pasajeros fueron sometidos a “controles de rutina conforme a la normativa vigente” y que no se detectaron irregularidades. Sin embargo, ante la presión mediática y política, confirmaron la apertura de un sumario interno para investigar los hechos. “Si se confirma cualquier irregularidad, el personal responsable será desafectado”, advirtieron.
Desde Casa Rosada, el vocero presidencial Manuel Adorni intentó bajarle el tono al escándalo. “Es una ciudadana que nada tiene que ver con el gobierno y se sometió a todos los controles”, afirmó, desmintiendo cualquier vínculo con Milei y negando que alguien hubiera visto “diez valijas”, como sugirió Pagni. Sin embargo, las declaraciones no lograron acallar las dudas, especialmente por los lazos de Arrieta con el entorno libertario y la participación de Milei en eventos de la CPAC, como el reciente encuentro en Washington.
El caso también pone bajo la lupa a Santiago Caputo, asesor clave del presidente, y a Agustín Romo, diputado y figura del armado libertario, quienes podrían verse implicados por sus conexiones con la CPAC. Mientras tanto, quedan en el aire las preguntas planteadas: ¿qué contenían las valijas? ¿quién dio la orden de no revisarlas?
Refiere Perfil ya en 2015 que “Según la transcripción de una escucha en mayo de 2014, Scatturice dijo que era “retirado de la Dirección Nacional de Inteligencia Criminal” y que trabajó con temas relacionados con el narcotráfico en varios aeropuertos. En 2002, estaba inscripto ante la AFIP como fabricante de calzado de cuero. Pero entre fines de 2011 y mediados de 2012, este misterioso hombre comenzó a aparecer en empresas vinculadas a negocios de inteligencia y seguridad”.
Se agrega que Scatturice “Puede hacer desaparecer fotos comprometedoras, reclutar chicas para infiltrarlas en complicidad con la ex SIDE en el entorno de políticos –incluso del mismo kirchnerismo– o formar sociedades en paraísos fiscales. Todas sus actividades se desprenden de las conversaciones que mantiene con sus socios, con autoridades de Inteligencia del Estado y con algunos de sus clientes, y que fueron transcriptas por la SI para la causa judicial. El juez federal Luis Rodríguez ya pidió que le entregaran los audios. Tiene contactos con jueces, funcionarios, jefes policiales, diplomáticos, empresarios, dueños de medios de comunicación y periodistas, con quienes intercambia información para uso de su empresa o para canalizarla hacia la Secretaría de Inteligencia. Su principal asesor en temas laborales es Frank Holder, ex director de FTI Consulting, a quien consulta sus decisiones e intercambia recursos. Pero en las conversaciones, a veces parece que Holder podría ser su superior. Holder es un ex CIA que cumplió funciones en la Embajada de Estados Unidos en Argentina”.
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