Foro de Llao Llao: los planes del Davos a escala argentina, y a puertas cerradas, de empresarios regenteados por Eduardo Elsztain

Por Fausto Frank

Como un remedo del Foro de Davos o del elitista Club Bilderberg, pero a escala de la Argentina, el Foro Llao Llao de Bariloche, regenteado por el empresario Eduardo Elsztain, principal terrateniente de la Argentina, al tiempo que dueño del Banco Hipotecario y la mayoría de shoppings del país, volvió a reunir a fines de abril, y a puertas cerradas, a los referentes de lo más granado de las corporaciones empresarias y políticas vernáculas. Disertaron en el lujoso hotel, rodeado de campos de golf y los lagos Nahuel Huapi y Moreno, el ex presidente Mauricio Macri, el actual ministro de Economía, Martín Guzmán, el ecnomista Carlos Melconián, el jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta y el candidato ultraliberal por la presidencia, Javier Milei. Los escucharon atentamente Marcos Galperín (Mercado Libre), Eduardo Elsztain (IRSA y Cresud), Martín Migoya (Globant), Carlos Miguens y Agustín Otero Monsegur (San Miguel), Roberto Murchison (presidente de IDEA), Federico Braun (La Anónima), Verónica Andreani (Andreani), Luciano Nicora (vice de Endeavor) y Sebastian Bagó, de laboratorios Bagó, entre cerca de 100 poderosos empresarios.

El Foro Llao Llao surgió con absoluta discreción en 2012, si bien por aquel entonces con otro nombre. Por esos años, Elsztain le propuso a un grupo de empresarios que integran Endeavor Argentina un encuentro en el hotel para celebrar la reapertura al turismo luego de que las cenizas del Volcán Puyehue cubrieran Bariloche. Las reuniones se sucedieron, incorporando año tras año a más invitados. En 2016 comenzó a llamarse formalmente Foro Llao Llao. Este año 2022 se anotaron en el Foro 98 empresarios, incluyendo a muchos que se mudaron recientemente a Uruguay, como el dueño de Mercado Libre.

A diferencia de Davos, que sostiene conferencias que son televisadas y difundidas de manera abierta, el Foro Llao Llao pareciera querer copiar, a pequeña escala, los encuentros del elitista Club Bilderberg, del que solo se sabe, año tras año, la nómina de sus asistentes y alguno de los temas tratados.

Para quienes no lo conocen, Eduardo Elsztain es el dueño de los principales shoppings de Buenos Aires (Alto Palermo, Abasto y Buenos Aires Design Center), del estratégico Banco Hipotecario, el lujoso Hotel Llao Llao de Bariloche, la minera Austral Gold y es probablemente el mayor terrateniente de la Argentina, con 1 millón de hectáreas en nuestro país y América Latina, además de haber sido vicepresidente del influyente World Jewish Congress, entidad de la que es presidente de su junta directiva el barón David Rene de Rothschild, patriarca de la rama francesa de la dinastía banquera Rothschild.

Por parte del gobierno argentino, participó en esta edición del Foro de Llao Llao, el actual ministro de Economía, Martin Guzmán, que defendió los números de su administración. “Si el crecimiento económico no es compartido, no es progreso”, al defender el proyecto de ley que el Gobierno impulsa para gravar la “renta inesperada producto de la guerra” entre Rusia y Ucrania. “Si el crecimiento económico no es compartido, no es progreso; una sociedad que en serio no busca encontrar mecanismos para crecer en forma equitativa va a estar condenada a la ausencia de progreso”, afirmó Guzmán. “Tenemos que construir colectivamente una sociedad que sea más justa, que tenga una distribución en donde el crecimiento se comparta al mismo tiempo en el que se alienta a la inversión”, consideró el funcionario.

Uno de los economistas preferidos del Establishment, Carlos Melconian, presentó su “Plan Económico Federal para la Argentina” para ofrecer a quien gane en 2023.

Los empresarios más poderosos del país reservaron a Horacio Rodríguez Larreta el lugar preferencial. Quien ya se vislumbra a sí mismo como futuro presidente, sostuvo la necesidad de aplicar un plan de shock de ajuste en la economía: “Creo que acá todos estamos de acuerdo en que el próximo gobierno no va a tener 100 días sino 100 horas; 4 días, no 4 años para dar señales claras y contundentes que muestren cuál va a ser su impronta y el rumbo del país”. Prometió “un shock de estabilización” para ordenar urgente las principales variables económicas: precios, salarios y tipo de cambio. “Ningún país en el mundo crece con esta inflación”, sostuvo. Puso como referencia las experiencias “exitosas” (sic) del Plan Austral y la Convertibilidad. Los dos programas, en su opinión, lograron su objetivo inmediato, pero no lograron perdurar. El Plan Austral de Alfonsín, porque “no estuvo acompañado de las reformas estructurales”. Y el ideado por Domingo Cavallo “sí tuvo las reformas, duró más tiempo, pero se lo comió la política por la ambición re-eleccionista” de Carlos Menem.

“Algo parecido a lo que hizo Lacalle Pou, que no esperó para poner en marcha su plan de gobierno, sino que anunció más de 400 medidas juntas”, explicó, al tiempo que prometió “bajar el gasto del Estado” y acompañar su programa con “reformas estructurales” (laboral, previsional y tributaria). Su equipo de economistas estaría liderado por el exministro de Economía de Vidal y Macri, Hernán Lacunza. “Además, conversamos permanentemente con Carlos Melconian, que estuvo en este foro al mediodía, y también con todos los economistas de nuestro espacio, como Luciano Laspina, Ricardo López Murphy, Martín Lousteau, Martín Tetaz”, explicó.

Mauricio Macri, durante el almuerzo, optó por congraciarse con sus colegas empresarios con tono autocrítico, enumerando políticas de shock que no logró aplicar en su apuesta por el “gradualismo”. “Si no venía, me mataba Eduardo”, bromeó. “Hoy me siento más cómodo al hacer lo que estoy haciendo, que es fortalecer Juntos por el Cambio y darle una coherencia, una unidad. Estamos trabajando el para qué queremos volver”, sostuvo. “Siempre voy por el mundo diciendo que la Argentina es el primer lugar donde se inventó el populismo, con Evita y Perón. Ahora, tal vez, sea el primero donde nos saquemos de encima el populismo. La Argentina tiene una gran oportunidad”, se le escuchó decir. Macri afirmó que antes de cumplir 90 días de mandato, la próxima gestión debe hacer una reforma laboral, previsional y monetaria, aunque aclaró que con eso no alcanza: “La Argentina tiene que demostrar que las reformas son aceptadas por los argentinos y que el monstruo no va a volver”.

Las disertaciones se sucedieron entre refinadas comidas. De entrada, los empresarios comieron ciervo, peras azafranadas y grilladas, reducción de frutos rojos y semillas crocantes. En el buffet se ofrecía una gran variedad de platos, de los cuales se destacaba la trucha en salsa de azafrán.

Por el mundo sindical estuvo presente el secretario general del Sindicato de Empleados de la Industria del Vidrio y Afines de la República Argentina (SEIVARA), Cristian Jerónimom referenciado en Pablo Moyano. Jerónimo es también secretario general de la Juventud Sindical Nacional y está a cargo desde el 11 de noviembre de 2021 de la Secretaría de Salud Laboral de la CGT.

Julieta Zelicovich y Esteban Actis, docentes en Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) tuvieron a su cargo el panel titulado “Coyuntura internacional: el mundo en que estamos”, analizando los actuales precios de las commodities y el conflicto bélico en Ucrania.

También se lo pudo escuchar a Javier Milei, analizando la coyuntura nacional, en tono moderado, a diferencia de sus histriónicas intervenciones públicas. Milei dio un discurso “enfocado en la idea de achicar el Estado y de cómo mediante la reducción de impuestos y aniquilando el gasto van a bajar también los precios”.

Siendo un encuentro a puertas cerradas, pocos detalles trascendieron, aunque los suficientes para saber las reformas que el denominado “Círculo Rojo” planifica para la Argentina.