El legislador del partido Alternativa para Alemania (AfD) Eugene Schmidt criticó duramente la reforma de la ley de naturalización presentada por el Gobierno de la coalición gobernante, que permite a los extranjeros convertirse en ciudadanos alemanes conservando su nacionalidad original y abre la posibilidad de solicitar la ciudadanía tras vivir en Alemania cinco años y, en algunos casos, solo tres, en lugar del requisito anterior de ocho años.
“El propósito de estas medidas es obvio: la élite gobernante, rechazada por la mayoría de los alemanes, quiere crear un nuevo electorado para mantenerse en el poder. Para ello, sustituyen a los alemanes por inmigrantes”, sostuvo Schmidt.
Las autoridades ya están tramitando 200.000 solicitudes de ciudadanía alemana, 40.000 de ellas en Berlín, una situación que empeoraría con la nueva ley, explicó el legislador en declaraciones vertidas a la cadena rusa Sputnik.
El descontento de los alemanes con sus autoridades se debe no solo a la suplantación de población por medio de la inmigración descontrolada, sino también al progresivo deterioro de la calidad de vida en el contexto de la actual crisis económica, causada, entre otras cosas, del conflicto en Ucrania entre la OTAN y Rusia.
En las elecciones al Parlamento Europeo celebradas en Alemania el 9 de junio, la agrupación nacionalista AfD, logró el segundo lugar con una cifra récord del 15,9%, mientras los socialdemócratas del canciller federal alemán, Olaf Scholz, mostraron su peor resultado en la historia de las elecciones a la Eurocámara, obteniendo solo 13,9% de los votos.
