La moda de ‘lo católico’ – Por Juan Manuel de Prada

Por Juan Manuel de Prada

Han sido muchos los cronistas que, en las últimas semanas, a rebufo del lanzamiento del nuevo disco de la cantante Rosalía, o del estreno de la película triunfadora en el festival de San Sebastián, han divagado sobre una suerte de «regreso a la espiritualidad» y hasta de «despertar católico»; y no han faltado quienes –más osados aún– vinculan este presunto despertar con la «rebeldía» de una nueva generación que ha descubierto que proclamarse católico es el «nuevo punk». Todo este zurriburri conceptual, tan delator de la frivolidad bajuna de nuestros currinches, ha sido sin embargo muy celebrado y glosado desde ámbitos próximos al catolicismo ‘pompier’, siempre tan propensos al pensamiento ilusorio o desiderativo.

‘Los domingos’, la película de Aluda Ruiz de Azúa ganadora de la Concha de Oro, trata sobre una adolescente que anuncia a su familia su deseo de entrar en un convento de clausura. Resulta, desde luego, llamativo que la vocación religiosa de la muchacha no sea tratada de forma ensañadamente burlona (como por lo común ocurre en películas españolas recientes) y que la Iglesia no sea caricaturizada burdamente como una institución pérfida; pero la película no pretende indagar en la vocación religiosa, ni en la naturaleza de la fe, sino más bien en las debilidades, inseguridades, miserias y problemas de incomunicación de una familia que reacciona ante la noticia de las formas más variadas. En cuanto al disco de Rosalía, se ha presentado con una portada en la que la célebre cantante aparece con una toca blanca, como de novicia (aunque también con una rara prenda que envuelve y casi oprime su cuerpo, al modo de una mortaja o camisa de fuerza); y en el vídeo de alguna de sus canciones aparecen símbolos propios de la iconografía cristiana (algunos, por cierto, con un uso muy poco devoto, como los crucifijos que adornan los zapatos de la cantante) que, más que un «despertar católico», nos han recordado la utilización de la estética religiosa con fines comerciales que la cantante Madonna llevó hasta el paroxismo en su disco ‘Like a Prayer’, donde diversas canciones –empezando por la que daba título al álbum– estaban llenas de irreverencias.

No parece, sin embargo, que esa sea la intención de Rosalía, quien en alguna entrevista se ha referido a sus inquietudes religiosas, que parecen sinceras aunque embarulladas. Pero, en cualquier caso, la utilización de imaginería católica no creemos que pueda interpretarse, como han hecho algunos cronistas apresurados, como una señal de que ‘lo católico’ está de moda. Artistas españoles que han utilizado la imaginería católica de forma superficial o meramente esteticista los ha habido siempre a porrillo, también los que la han utilizado de forma jocosa o incluso blasfema (pensemos en Almodóvar o Buñuel). Aunque, siendo sinceros, mucho más temible sería que, en efecto, ‘lo católico’ estuviese de moda, pues –como nos enseña Wilde– «la moda es una forma de fealdad tan intolerable que tenemos que alterarla cada seis meses». Una ‘moda católica’ tiene que tratarse necesariamente de una falsificación de la fe católica, que adopta fachadas esteticistas o emotivistas que no sean otra cosa sino la instauración de una espiritualidad pastichera; o sea, el triunfo más refinado y astuto del nihilismo que se ha adueñado de la cultura occidental.

Ocurre, sin embargo, que entre los jóvenes crece el rechazo hacia el vacío religioso sobre el que se fundan las caducas sociedades occidentales (que es la causa última de su decadencia cada vez más indisimulable). Cuando extirpamos la inquietud religiosa de nuestro horizonte vital todo parece en un principio una fiesta, pues es como si de repente se hubiesen abolido las «limitaciones a nuestra libertad»; pero pasado un tiempo descubrimos que aquellas ‘limitaciones’ hacían nuestra vida plenamente humana, y que allá donde se instaura el vacío religioso se retuercen las serpientes de la angustia: crece el consumo de ansiolíticos, se dispara el número de suicidios, se desbaratan y agostan las familias, se pervierte la afectividad, etcétera. Las generaciones más jóvenes son hijas de ese desahucio provocado por el vacío religioso que se instauró en España hace décadas, con la golosina de abolir las «limitaciones a nuestra libertad»; y ahora brota en ellas un espontáneo movimiento reactivo que a veces se queda en mera provocación o aspaviento de rebeldía frente a las bazofias ideológicas que les han inoculado en vena, un aspaviento pinturero en el que pueden alternarse los toros (sobre todo si los torea Morante), las castañuelas y la Virgen, a imitación de aquel título delirante de Ernesto Giménez Caballero. Pero también hay jóvenes que experimentan el vacío religioso impuesto por el ‘ethos’ ambiental como una amputación insoportable que tratan de remediar acudiendo a la religión de sus ancestros (la religión que sus padres convirtieron en una ruina abandonada). Y para encauzar esta insatisfacción de nuestros jóvenes hacia los rediles sistémicos se están cocinando diversas imposturas religiosas de tipo puramente emotivista que presentan ‘lo católico’ como una ‘moda’ a la que pueden apuntarse, como quien se apunta a los batidos de proteína o a los pantalones de talle bajo.

Pero, como nos enseñaba Chesterton, la Iglesia siempre está pasada de moda porque es sensata; siempre parece estar atrasada, cuando en realidad está adelantada a su tiempo. La Iglesia es la única realidad que libra al hombre de la degradante esclavitud de ser un hijo de su época; cuando ‘lo católico’ se convierte en una ‘moda’ o en un ‘nuevo punk’ es, simplemente, porque se trata de una falsificación, aunque sea una falsificación bendecida por el catolicismo ‘pompier’. O precisamente por ello mismo.

CONTRA LA CENSURA: Si le gustó nuestro trabajo apoye a KontraInfo con su suscripción. No recibimos ni recibiremos jamás dinero de ONG's ni partidos políticos. Por hacer un periodismo alternativo venimos siendo sistemáticamente censurados y desmonetizados.

Las opiniones y análisis expresados en este artículo pueden no coincidir con las de la redacción de Kontrainfo. Intentamos fomentar el intercambio de posturas, reflejando la realidad desde distintos ángulos, con la confianza de aportar así al debate popular y académico de ideas. Las mismas deben ser tomadas siempre con sentido crítico.
*Ayúdenos con su suscripción, ingresando a este enlace.

Si va a reproducir este material, cite la fuente: www.kontrainfo.com