En su primera intervención pública ante el cuerpo diplomático del Vaticano, el papa León XIV dejó definiciones que marcaron una clara reafirmación de la doctrina tradicional católica en torno a la familia, el aborto y la dignidad humana. “Nadie puede eximirse de favorecer contextos en los que se tutele la dignidad de cada persona, especialmente de aquellas más frágiles e indefensas, desde el niño por nacer hasta el anciano, desde el enfermo al desocupado, sean estos ciudadanos o inmigrantes”, sostuvo.
Durante el encuentro protocolar que siguió al cónclave, el primer pontífice estadounidense de la historia sostuvo que la familia se funda en la “unión estable entre el hombre y la mujer” y remarcó que tanto los nonatos como los ancianos tienen dignidad como criaturas de Dios. Sus palabras fueron interpretadas como una señal de distancia con la comunidad LGBT y una postura firme contra el aborto, alineada con la tradición doctrinal de la Iglesia.
El Vaticano publicó los textos oficiales de las intervenciones del papa y del decano del cuerpo diplomático, ya que la audiencia se celebró de forma privada. Este tipo de reuniones forma parte de los actos protocolares que siguen a la elección de un nuevo pontífice, y permite que el papa salude a representantes de los más de 180 países con los que la Santa Sede mantiene relaciones diplomáticas.
En su discurso al cuerpo diplomático, el papa insistió en que la paz no debe entenderse solo como la ausencia de conflictos, sino como un don que exige compromiso y trabajo, incluso en los gestos cotidianos. Habló de la necesidad de limitar la producción de armas y de usar el lenguaje con responsabilidad, advirtiendo que “también se puede herir y matar con las palabras”.
En esa misma línea, convocó a los gobiernos a construir sociedades pacíficas “invirtiendo en la familia”, definida como “la unión estable entre un hombre y una mujer”, y pidió promover contextos que tutelen la dignidad de cada persona, especialmente la de los más frágiles e indefensos: desde los niños por nacer hasta los ancianos, los enfermos, los desempleados, inmigrantes o ciudadanos.
León XIV, antes conocido como Robert Prevost, fue jefe de la orden agustiniana, y ya en 2012 se había manifestado críticamente sobre el “estilo de vida homosexual”, cuestionando también el papel de los medios de comunicación en la promoción de relaciones contrarias a la doctrina de la Iglesia.