Por Marcelo Ramírez
La estrategia de Rusia para enfrentar a la OTAN se va revelando con claridad. El objetivo final es la organización atlantista y Ucrania solo es una circunstancia. Mucho se habló de las tácticas esquivas de Moscú, de la maskirovka que engaña a sus adversarios y parece que bien pudo haber utilizado este método una vez más delante de las narices de sus propios enemigos. La propaganda occidental, triunfalista y con rasgos infantiles, pudo haber favorecido la táctica rusa.
Las acciones de la PMC Wagner terminaron de forma muy extraña. Una rebelión que, según Occidente, auguraba un baño de sangre en un país salvaje, se transformaba ante los ojos inexpertos en una audaz maniobra política que jaquea a Kiev, a Polonia y a Lituania con un solo movimiento.
Rusia ha posicionado al grupo Wagner en una situación ventajosa en su contienda con la OTAN. Inesperadamente, los músicos han aterrizado en Bielorrusia. Columnas de equipo militar y campamentos en construcción se han instalado en el país de Lukashenko bajo el paraguas nuclear que Putin les ha proporcionado.
La situación finalmente ha desatado las preocupaciones de los mandos militares de la OTAN. Los servicios de inteligencia como la CIA parecen no haber previsto las verdaderas intenciones de los contratistas al servicio del Kremlin.
Tal vez demasiado ideologizados y privilegiando la igualdad de género a la solvencia profesional, no han podido alertar sobre el movimiento ruso y sus verdaderas intenciones.
Por ello, hoy la posición rusa ha tomado una ventaja importante y parece que occidente no comprende, o al menos sus líderes políticos, que el juego ha cambiado y se ha relocalizado más al norte. Con este movimiento, Rusia y Bielorrusia pasan de la posición defensiva a una ofensiva, ante la agresividad polaca que ha desplazado tropas cerca de la frontera de Minsk.
Las fuerzas ucranianas encabezaron una contraofensiva suicida que terminó, como era esperable, en un desastre. Occidente sabía que Ucrania no estaba lista para la contraofensiva, titula uno de los medios del sistema como el Wall Street Journal.
Estados Unidos pensó erróneamente que Kiev compensaría su falta de armas y entrenamiento con “coraje e ingenio”, dice el medio, citando fuentes del Pentágono, agregando que el ejército ucraniano ha perdido 26.000 hombres y más de 3.000 piezas de equipo militar.
Si los Estados Unidos y sus aliados sabían que tal resultado era inevitable, según el Wall Street Journal, ¿por qué razón se impulsó esa masacre? Seguramente porque no interesan los ucranianos que son utilizados como una herramienta descartable para dañar a Rusia.
No hay ningún interés en la democracia, en el pueblo, ni en nada más que en sus propios beneficios. El establishment estadounidense lo sabe, quienes no lo saben son aquellos que ponen banderas ucranianas en sus perfiles en las redes sociales, creyendo así que ayudan a los ucranianos.
No, no solo no lo hacen, sino que facilitan su matanza en masa.
La hipocresía parece no tener límites cuando el asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, le dice a la CNN que “creemos que los ucranianos tendrán éxito en esta contraofensiva”. Como explica en la misma nota John Nagl, teniente coronel retirado del ejército estadounidense. “Es imposible exagerar lo importante que es la superioridad aérea para luchar en una pelea terrestre a un costo razonable en bajas”.
Sullivan lo sabe, pero no le importan las vidas ucranianas.
Sin embargo, los estadounidenses no están solos, Andrzej Duda, el líder polaco, que es un fervoroso halcón de la guerra, expresó que los ucranianos pueden expulsar a las fuerzas militares rusas de todos los territorios ocupados.
Los halcones de los gobiernos occidentales no se sienten culpables e insisten en que deben aumentar exponencialmente las cantidades masivas de armas, equipos y dinero necesarios para apoyar a Kiev en un conflicto más prolongado. El problema que tienen ante sí es que sus sociedades no van a apoyar indefinidamente la combinación de la presión militar con el gasto que conlleva y el ajuste al que se los somete. Las protestas son inevitables y llegarán forzando a las autoridades a reconsiderar las estrategias ante las revueltas.
Por ese motivo es que necesitan avanzar rápidamente, escalar el conflicto antes de que su propio frente interno se descontrole y la presión sea insostenible. Las medidas de propaganda y censura tienen un límite que encontrarán rápidamente, tal como hemos visto en la presión por la contraofensiva.
Han sostenido un relato que contuvo las críticas por el fracaso de la estrategia militar de la OTAN bajo el pretexto de una ofensiva que nunca iba a llegar. Lo sabían, no obstante, no les importó con tal de ganar tiempo, pero eso es un arma de doble filo que se vuelve contra ellos cuando el tiempo se detiene y Kiev solo cosecha derrotas aplastantes.
Rusia aprieta el cerco lentamente, esta vez aprovecha la estupidez de atacar el puente sobre el estrecho de Kerch para bloquear el acceso al mar ucraniano. Paralelamente, está sistemáticamente destruyendo las instalaciones portuarias de Odessa (Одéсса) y Nikolaiev (Никола́ев), impidiendo que los granos puedan ser embarcados.
Si esos granos, que alimentan los animales de consumo de la otrora opulenta Europa Occidental, no salen por el mar, solo pueden hacerlo por tierra.
Esto es otro obstáculo, sacar la producción vía terrestre es más caro y engorroso de por sí, y es aún más difícil porque Rusia puede atacar los envíos. De esa manera consigue varios propósitos como afectar las exportaciones ucranianas que luego pagan armas y mercenarios, pero también crea conflictos con agricultores polacos, húngaros y de otras naciones de la Europa Oriental.
Los granos ucranianos entran sin pagar impuestos, lo que arruina el mercado para la producción de esos agricultores, causando protestas.
El líder húngaro Viktor Orban ha sido muy claro en su discurso anual en la ciudad de Baile Tusnad al Este de Transilvania, en Rumania. El equilibrio está cambiando y Washington debe aceptar que su hegemonía está a punto de terminar, ha expresado.
Asimismo, Orban expresó que “en solo 30 años, China ha experimentado la revolución industrial que llevó a Occidente alrededor de tres siglos”.
Pero no se quedó solo en eso y golpeó las políticas woke que la UE intenta impulsar en su país y que le han traído innumerables problemas. “Beijing también está desafiando los valores que Washington busca presentar como universales, China considera que los valores estadounidenses son una ‘ideología hostil’ y que ‘hay algo de verdad en ello’”.
Terminó su alocución augurando un panorama sombrío del futuro de Europa al decir que está a punto de perder su posición dominante en la economía global por las políticas antirrusas de Occidente, “otros compran energía rusa en lugar de nosotros, y nosotros pagamos más que nunca por la energía”.
Volviendo al conflicto militar, Putin se ha reunido con Lukashenko y dijo que Varsovia busca tomar el control de las partes occidentales de Ucrania. «Probablemente, esperan formar algún tipo de coalición bajo el “paraguas” de la OTAN e intervenir directamente en el conflicto de Ucrania, para luego “arrancar” un pedazo más grande para sí mismos, para recuperar, según creen, sus territorios históricos: la actual Ucrania occidental».
«La perspectiva es obvia: si las unidades polacas ingresan, por ejemplo, a Lvov u otros territorios de Ucrania, permanecerán allí. Y permanecerán allí para siempre». «Cuando eso suceda, Rusia responderá con todos los medios a nuestra disposición».
Lukashenko no se quedó atrás y contó que los combatientes de la compañía militar privada Wagner quieren “visitar” Polonia, llegar a su capital, Varsovia, y a la ciudad oriental de Rzeszow, “que consideran que fue un centro para proporcionar a las tropas ucranianas equipo militar durante la lucha por la ciudad clave de Donbass, Artyomovsk, Bakhmut para los ucranianos”.
El líder bielorruso añadió que tienen este sentimiento interno de que “Rzeszow es un problema”, acotando que los miembros de Wagner saben “lo que sucede en el Estado de la Unión [de Rusia y Bielorrusia]”, por lo que no le gustaría que los reubicaran en algún lugar alejado del centro del país, agregando que eso los pone de “mal humor”.
Wagner está protegiendo al presidente de la República Centroafricana, Faustin-Archange Touadera. Lavrov afirmó que “varios cientos” de instructores militares llegaron a la República Centroafricana. Esto desmiente las versiones de AFP que informó que los miembros del PMC de Wagner abandonaban la República Centroafricana después de un motín de Wagner.
¿Acaso es creíble la versión de que Putin ha sido traicionado por Wagner, cuando se reúne con Prigozhin, este viaja a Bielorrusia, Lukashenko “advierte” a los polacos que están en la mira y lo hace desde la ventaja que le dan las armas nucleares que Putin le envió?
Podemos con bastante grado de certeza sostener una hipótesis, considerando que Wagner puede hacer lo que Rusia no puede como país. Así como la OTAN se involucró directamente en la guerra sin reconocer su participación y hablando solo de voluntarios, Rusia puede usar una estrategia parecida.
Wagner se ha peleado con Putin, ha sido expulsada, ha sido disuelta y no tiene relación alguna con el Estado ruso. Eso es lo que oficialmente plantea Rusia, pero es lo que estúpidamente repite la propaganda Occidental creyendo que está golpeando la credibilidad de Moscú.
Sin embargo, esto solamente habilita acciones militares de la PMC Wagner contra Polonia, quebrando la impunidad con la que hasta ahora se ha manejado enviando armas y soldados al frente. Putin podrá desconocer su participación y solo serán voluntarios que han decidido hacer justicia por sus camaradas caídos por el accionar de la OTAN desde Polonia.
La OTAN ha ideado una fuerza tripartita de Polonia, Lituania y Ucrania para atacar Bielorrusia, generar una revolución de color o establecer una fuerza militar de “paz” que ocupe el territorio occidental de Ucrania, largamente ambicionado por Varsovia. Así, pretende desconocer el artículo 5 que obliga a toda la OTAN a participar y de esa manera eludir la guerra directa con Rusia pese a actuar contra ella.
Rusia responde colocando a una unidad de élite como Wagner, desconociendo su implicancia directa, por lo que la OTAN no debería reaccionar contra Moscú. Un mismo planteo, pero que ha resultado inesperado.
Si esto se confirma, y sopesando los gestos rusos como entregar las armas nucleares, sostener la presencia de Wagner en África, dejarlos trasladar a Bielorrusia e indultando a los implicados en el golpe, estaríamos ante una maniobra ajedrecística de Putin.
Una verdadera lección de habilidad geopolítica y militar. Los blogueros y youtubers occidentales pro-OTAN hablaron mucho de la maskirovka rusa, y tenían razón, pero no eran las cuestiones menores que ellos creían ver. Era un jaque peligroso que puede transformarse en un jaque mate si no comprende la OTAN la jugada.
Falta saber, además, si Occidente está aún a tiempo de reaccionar contra los movimientos de Wagner y Rusia.
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