El ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, mantuvo este viernes una conversación telefónica con la vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, en la que expresó apoyo al país latinoamericano ante la presión externa.
«El canciller expresó su solidaridad con el liderazgo venezolano y confirmó su amplio apoyo a sus esfuerzos por proteger la soberanía nacional y garantizar la sostenibilidad institucional ante la creciente presión externa sobre Caracas», sostuvo el Ministerio de Relaciones Exteriores ruso en un comunicado.
Por su parte, China manifestó que «se opone a cualquier acción que viole los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas y la soberanía y seguridad de un país. Nos oponemos al uso o la amenaza del uso de la fuerza en las relaciones internacionales y a la injerencia de fuerzas externas en los asuntos internos de Venezuela bajo cualquier pretexto. Esperamos que Estados Unidos tome más medidas que contribuyan a la paz y la seguridad en América Latina y el Caribe». Así lo declaró este jueves la portavoz de la Cancillería china, Mao Ning, al ser preguntada por la prensa sobre el tema.
El presidente venezolano, Nicolás Maduro, reiteró este viernes que «nadie» tocará al país suramericano, ello en medio de una nueva escalada con el Gobierno de EE.UU., que anunció el despliegue de una fuerza militar al sur del mar Caribe, en las proximidades de las aguas de Venezuela, para combatir el narcotráfico.
«No es tiempo de diferencias políticas ni de colores. Una sola bandera nos cobija […] y esta patria es inexpugnable. Nadie tocará a Venezuela. Que lo oiga el que quiera oírlo: Venezuela se respeta», dijo el mandatario en un acto de defensa a la soberanía y la paz del país y la región.
Desde América Latina y el Caribe, los Gobiernos de México, Bolivia, Cuba, Nicaragua y Colombia, así como los países que conforman la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestramérica (ALBA), se manifestaron en contra de cualquier operativo militar estadounidense que suponga la violación de la soberanía de cualquier país latinoamericano o caribeño, con independencia del motivo esgrimido por la Casa Blanca.