
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, reveló este jueves que ha instruido al Departamento de Defensa –al que refirió erróneamente como «Departamento de Guerra»– para iniciar de inmediato pruebas de armas nucleares, en respuesta a supuestos programas similares en otros países. La declaración, hecha en un contexto de tensiones geopolíticas crecientes, busca, según Trump, establecer «igualdad de condiciones» en el ámbito armamentístico. Sin embargo, el anuncio ha generado interrogantes sobre la logística y el tiempo real necesario para ejecutar tal directriz, dado que EE.UU. no ha realizado ensayos nucleares desde hace más de tres décadas.
En su mensaje, Trump justificó la medida alegando que «debido a los programas de pruebas de otros países, he ordenado al Departamento de Guerra que comience a probar nuestras armas nucleares en igualdad de condiciones. Ese proceso comenzará de inmediato». La afirmación llega en un momento en que las relaciones internacionales se ven marcadas por acusaciones mutuas de avances en armamento, aunque no se especificaron los países implicados. Fuentes del gobierno estadounidense indicaron que la orden presidencial podría interpretarse como una señal política, pero su implementación práctica enfrenta barreras institucionales significativas.
El contexto histórico de esta decisión remite a la moratoria voluntaria sobre pruebas nucleares que EE.UU. adoptó en 1992, tras más de mil ensayos realizados desde la Segunda Guerra Mundial. Esta pausa, compartida con otras potencias nucleares, ha sido un pilar de los esfuerzos globales por el control de armas, ratificados en tratados como el Tratado de No Proliferación Nuclear. Reanudar las pruebas representaría un quiebre con esa tradición, potencialmente escalando tensiones con aliados y adversarios por igual, y podría violar compromisos internacionales no vinculantes pero políticamente sensibles.
Desde Moscú, el Kremlin respondió con cautela, afirmando que «desconocen que algún país haya realizado pruebas nucleares recientemente». En particular, aclararon que la prueba del misil ruso Burevéstnik, efectuada el 21 de octubre, no involucró componentes nucleares, desmintiendo así posibles vínculos con la retórica de Trump. Esta declaración rusa subraya la ausencia de evidencia pública sobre ensayos atómicos en curso a nivel global, y podría interpretarse como un intento de desescalar la narrativa de confrontación promovida por Washington.
«Pero quiero recordar la declaración de [presidente de Rusia, Vladímir] Putin, que ha repetido en numerosas ocasiones, de que si alguien se aparta de la moratoria, Rusia actuará de acuerdo con la situación», subrayó el portavoz presidencial ruso, Dmitri Peskov.
En términos institucionales, la responsabilidad del arsenal nuclear estadounidense recae en el Departamento de Energía y su Administración Nacional de Seguridad Nuclear (NNSA), no en el Departamento de Defensa. Desde 1977, esta agencia ha supervisado todos los aspectos de las pruebas, lo que complica la «inmediatez» prometida por Trump. El Manual de Asuntos Nucleares de 2020, elaborado por el Departamento de Defensa, establece protocolos estrictos: en casos urgentes, se notificaría a los secretarios de Defensa y Energía, al presidente y al Congreso, pero fuera del ciclo anual de evaluaciones. Aun así, expertos consultados estiman que preparar una prueba requeriría coordinaciones exhaustivas entre múltiples entidades.
Finalmente, informes del Servicio de Investigación del Congreso de EE.UU., como el de agosto pasado, proyectan un plazo de entre 24 y 36 meses para reanudar pruebas nucleares tras una orden presidencial. No queda claro si Trump se refiere a ensayos con ojivas atómicas reales o a pruebas de sistemas de lanzamiento sin carga nuclear, lo que añade ambigüedad a su anuncio. Mientras la Casa Blanca no ha proporcionado detalles adicionales, analistas advierten que esta movida podría avivar un nuevo ciclo de carrera armamentística, cuestionando no solo la factibilidad técnica, sino también las implicaciones diplomáticas a largo plazo para la estabilidad global.

