EEUU dirige la atención pública hacia ovnis y globos para ocultar “Chernóbil de Ohio” y el caso NordStream

Un tren cargado de materiales químicos de alta toxicidad se descarriló y explotó el pasado 3 de febrero en Ohio (EE.UU.), provocando un gran desastre medioambiental que ya se comienza a denominar el “Chernóbil de Ohio”. Como consecuencia del gran incendio desatado tras el accidente, quedaron destruidos cincuenta de los 150 vagones del tren, diez de los cuales trasladaban cloruro de vinilo. Se trata de un gas que se utiliza en la fabricación de plásticos y es de gran inflamabilidad y sumamente tóxica. De acuerdo con el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos, la exposición a esta sustancia puede provocar cáncer de sangre o de pulmón.

Norfolk Southern es la empresa transportista responsable de los trenes que llevaban estos más de 100 mil litros del cloruro de vinilo, el cual es cancerígeno, pero se sintetiza para realizar diversos productos plásticos que están presentes en la vida cotidiana

Mientras la Agencia de Protección Ambiental (EPA) advirtió que muchas de las sustancias tóxicas cargadas en el tren ya se estaban filtrando en vías fluviales cercanas causando la muerte de un gran número de peces, muchos han calificado la situación como el “Chernóbil de Ohio”. Al ver imposible recoger las sustancias vertidas, las autoridades estadounidenses ordenaron su quema controlada, lo que obligó a evacuar East Palestine, un pueblo cercano con 5000 habitantes. Entretanto, la falta de una merecida cobertura mediática para un incidente de tales características, así como la detención del periodista Evan Lambert, quien investigaba el caso, llevan a creer que Washington pretende ocultar el “Chernóbil de Ohio”. Los funcionarios del condado de Columbia confirmaron que el fiscal general de Ohio, Dave Yost, supervisará la investigación sobre el arresto del periodista Evan Lambert, en el que participaron policías estatales y militares de la Guardia Nacional, con violencia.

La EPA publicó una lista completa de las sustancias químicas tóxicas que se liberaron durante el accidente. Estas incluían cloruro de vinilo, un químico peligroso e inodoro que se usa principalmente en Estados Unidos para la fabricación de plásticos como revestimientos de cables o materiales de embalaje, acrilato de butilo, un líquido transparente e inflamable que se utiliza para fabricar pinturas, selladores y adhesivos, acrilato de etilhexilo, un líquido incoloro utilizado para fabricar pinturas y plásticos, y monobutil etilenglicol, un líquido incoloro clasificado como “tóxico agudo” utilizado como disolvente para pinturas y tintas, así como para algunas soluciones de limpieza en seco.

Por otra parte, algunos expertos y políticos cuestionan a la Casa Blanca y la prensa estadounidense por dedicarse a emitir informaciones acerca de los presuntos ovnis, globos y objetos voladores no identificados en EE.UU. y Canadá, en vez de cubrir la catástrofe medioambiental en Ohio.

“East Palestine, Ohio, está atravesando por un desastre ecológico porque las autoridades hicieron estallar los vagones de descarrilamiento del tren que transportaban productos químicos peligrosos y la prensa está siendo arrestada por tratar de contar la historia. ¡Oh, pero los ovnis! ¿Qué está pasando?”, afirmó Marjorie Taylor Greene, la representante por el estado de Georgia, en Twitter.

Por otro lado, Edward Snowden, exanalista de la Agencia de Seguridad Nacional de EE.UU. y de la CIA, opinó que la ansiedad por la aparición de tres globos derribados sobre Norteamérica fue generada por el Gobierno estadounidense para distraer la atención de periodistas y del público de la investigación de los actos de sabotaje en el sistema de gasoductos Nord Stream.

“No son extraterrestres, es solo el viejo pánico artificial, una llamativa molestia que asegura que los reporteros sobre la seguridad nacional sean asignados a investigar tonterías de globos en lugar de presupuestos o ataques (al estilo del Nord Stream)”, escribió Snowden en su cuenta de Twitter.

El pasado miércoles, el reportero Seymour Hersh reveló en un artículo titulado ‘Cómo Estados Unidos eliminó el oleoducto Nord Stream’, que fueron buzos de la Marina estadounidense quienes colocaron los explosivos bajo esta ruta del gas ruso a Europa en junio de 2022.

Según una fuente familiarizada con el asunto, la operación se llevó a cabo bajo la cobertura de los ejercicios Baltops 22 de la OTAN. Tres meses más tarde los dispositivos fueron activados de forma remota para destruir los gasoductos.

Cómo Estados Unidos destruyó el oleoducto Nord Stream – Por Seymour Hersh

 

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