El extraño descubrimiento del poder de las grandes fortunas en la política. Parte II – Por Ricardo Vicente López

Por Ricardo Vicente López

Segunda Parte de la entrevista que el periodista Ángel Bermúdez de BBC Mundo le realizó a Jeffrey Winters – profesor de Ciencias políticas en la Universidad Northwestern y director del programa Equality Development and Globalization Studies (Estudios de la Igualdad, el Desarrollo y la Globalización) de la misma institución; cuyo título encabeza la nota.

Continúo comentando la nota que comenzó en la primera parte, ya publicada; sugerencia: Amigo lector, en la medida de sus posibilidades, comience la lectura por la Parte Primera, para en esta segunda sentirse mejor pertrechado.

– En su libro usted afirma que los oligarcas han tenido éxito durante siglos en hacer creer a la gente que es un error intentar una redistribución significativa de la riqueza…

Cuando la democracia estaba surgiendo, los oligarcas estaban extremadamente preocupados de que causara una redistribución de la riqueza. Tenían mucho miedo y, de hecho, no querían que la democracia se produjera. Y resulta que, de hecho, la democracia se ha estructurado de una forma que hace extremadamente difícil redistribuir la riqueza. También han intentado usar el poder de la riqueza para moldear las ideas en la sociedad. Muchos oligarcas de todo el mundo financian centros de investigación, institutos y departamentos de Economía en las principales universidades para difundir la idea de que sin oligarcas y sin riqueza concentrada no se crearán puestos de trabajo y las economías se derrumbarán. (Para ello, su arma más poderosa, son los medios de información concentrados, los que con su tarea cotidiana ¡¿informan?! O deforman a ciudadanos mal-informados – RVL)

También plantean la idea de que los oligarcas son realmente beneficiosos para la sociedad porque son filántropos y hacen donaciones de dinero a la medicina y otras causas que apoyan. Lo que nunca se dice es que lo principal que hacen los oligarcas con su dinero es defender su propia riqueza. A partir de los años 50 y 60, surgió lo que llamo en el libro “La industria de defensa de la riqueza’” que es una industria multimillonaria formada por abogados, contables, cabilderos y profesionales de la gestión de la riqueza cuyo único trabajo es asegurarse de que los oligarcas no tengan que pagar impuestos.

Hay dos formas en las que aumenta la desigualdad. Una ocurre en el punto de producción, es decir, en la relación entre las personas que trabajan y los propietarios de los lugares de trabajo. La otra forma en que la desigualdad se ve afectada es en la política gubernamental de redistribución. Por eso, la mayoría de las sociedades intentan lidiar con la desigualdad mediante impuestos progresivos. Los pobres deberían pagar un porcentaje menor de impuestos, mientras que los ricos deberían pagar más. El trabajo de la industria de defensa de la riqueza es asegurarse de que los impuestos progresivos no funcionen. Por ejemplo, personas como Warren Buffet, Elon Musk o Jeff Bezos pagan una tasa impositiva significativamente más baja que el ciudadano promedio en EE.UU.

– ¿Por qué?

En primer lugar, porque la industria de defensa de la riqueza moldea la legislación, ayudando a redactar las leyes en el Congreso para dejar lagunas legales para los ricos. En segundo lugar, la misma industria de defensa de la riqueza mueve el dinero por todo el mundo hacia jurisdicciones secretas, fideicomisos o paraísos fiscales para hacer imposible que agencias como el IRS [el servicio de impuestos de EE.UU.] puedan saber dónde está la riqueza. Por último, la misma industria de defensa de la riqueza presiona al Congreso para que recorte la financiación del IRS, limitando su capacidad de investigación de modo que no pueda encontrar el dinero, ni perseguir ni investigar a los oligarcas.

– En su libro, usted menciona que la oligarquía representa el 1% del 1% y que, cuando movilizan su poder para proteger sus fortunas, los que terminan pagando más impuestos son aquellos que son un poco menos ricos y la clase media. ¿Puede explicar eso?

En el libro defino a un oligarca como una persona que alcanza un nivel económico que le permite pagar a la industria de defensa de la riqueza. Es decir, que usa su riqueza para defenderla. En Estados Unidos, por ejemplo, existe el grupo que  yo llamo oligarcas y el grupo que está por debajo de ellos son acaudalados (mass affluent [[1]]). Este término lo aplico a la propia industria de defensa de la riqueza para referirse a las personas que, en realidad, no son lo suficientemente ricas como para poder comprar sus servicios [se estima que estas personas disponen para invertir de activos líquidos de entre US$1 millón y más de dinero]. ¿Y cómo lo saben? Porque ya intentaron convertirlos en clientes, pero no tenían suficiente dinero para costear sus servicios.

Le doy un ejemplo de estos servicios. En Estados Unidos existe algo llamado carta de opinión fiscal. Es un documento elaborado por un bufete de abogados que cuenta con especialistas en impuestos que, basándose en el análisis de la ley que ellos hacen, indica que usted no tiene que pagar determinados impuestos.

Una carta así suele costar entre US$1 millón y US$3 millones, pero puede ahorrarle entre US$30 millones y US$300 millones en impuestos en un año. La mayoría de las personas no pueden pagar para obtener la carta de opinión fiscal porque cuesta más de lo que ganan. Por cierto, si recibe una carta de opinión fiscal, significa que los abogados han realizado una interpretación del código tributario de Estados Unidos que tiene más de 80.000 páginas. ¡Ni siquiera el IRS lo entiende! ¿Cómo se volvió tan complejo? La respuesta es que la industria de defensa de la riqueza lo hizo deliberadamente así para que sus clientes pudieran interpretar la ley, en lugar de tener que cumplirla.

– ¿Y esto también ocurre en Europa occidental?

– Totalmente. Una de las cosas interesantes de Europa es que a menudo pensamos que los países escandinavos tienen más socialismo y más bienestar. Pero los oligarcas de Suecia, Finlandia o Dinamarca tampoco pagan casi nada en impuestos.

Entonces, ¿cómo financian el bienestar de los pobres en sus países, el acceso a la atención médica, la educación, etc.? La respuesta es que utilizan impuestos regresivos. Básicamente, se trata de impuestos que pagan la clase media y la gente que está justo por encima de ella, los acaudalados. Ellos pagan todos los impuestos, pero los oligarcas no pagan.

– Usted ha dicho que aunque se suele pensar que la democracia representativa implica la superación de la oligarquía, esta idea no es cierta. Y que la oligarquía no sólo está presente en las democracias modernas, sino que además la participación democrática habitual no es un antídoto eficaz contra ella. ¿Por qué?

– La democracia y la oligarquía no son «un juego de suma cero». La razón por la que tenemos oligarquía no es porque no tengamos suficiente democracia. La razón por la que tenemos oligarquía es por el poder de la riqueza concentrada. Así que, más allá de que el país sea autoritario o democrático, la presencia de oligarcas está determinada por dos cosas: la concentración del poder de la riqueza y la capacidad de convertir ese poder de la riqueza en influencia política.

La forma del poder de la riqueza importa mucho. Si nos remontamos en la historia hace 1.000 años, tal vez yo era muy rico porque tenía 10.000 cabezas de ganado, pero no era fácil para mí convertir mi ganado en poder político. Pero si avanzamos hasta el siglo XX y XXI, tenemos una explosión de riqueza financiera que se convierte mucho más fácilmente en influencia política que si soy dueño de tierras o de minas. Así que en la historia, la forma del poder de la riqueza ha cambiado. Y hoy estamos en el máximo poder de la riqueza en el mundo. Ese es el primer punto.

El segundo punto es que si comparamos el poder de los oligarcas en Estados Unidos y en China encontraremos que es muy diferente. Bajo el Partido Comunista, controlado por Xi Jinping en China, hay cientos, si no miles, de multimillonarios. Pero para esos oligarcas usar el poder de su riqueza para controlar al gobierno es mucho más arriesgado y peligroso, en comparación con Estados Unidos.

Xi Jinping lo demostró con Jack Ma [cofundador de Alibaba]. Él habló y molestó a Xi Jinping y de repente desapareció de la vista del público y perdió el control de su empresa. China es uno de los pocos lugares del mundo en el que, si eres un oligarca, puedes ir a la cárcel o ser ejecutado.

– En términos prácticos, ¿cómo afecta la existencia de la oligarquía las vidas del 99,9% restante?

– La existencia de la oligarquía significa que el poder para hacer que la sociedad sea cada vez más desigual es ilimitado. El principal interés de los oligarcas es concentrar cada vez más riqueza en sus propias manos. Cuando comencé a estudiar a los oligarcas hace aproximadamente 25 años, se necesitaban cientos y cientos de oligarcas para igualar la riqueza del 50% más pobre del mundo. Hoy, unos 50 oligarcas tienen tanta riqueza como los 4.000 millones de personas más pobres del mundo.

En Estados Unidos, hace 25 años se necesitaban unos 30 oligarcas para igualar la riqueza total de la mitad más pobre del país. Hoy, son sólo tres personas. ¿Qué impacto tiene esto? En primer lugar, la esperanza de vida de las personas ricas en comparación con las personas que no tienen riqueza es muy diferente. Debido a la creciente desigualdad en el mundo, millones de personas mueren entre 5 y 10 años antes de lo que lo harían si la desigualdad fuera menor.

¿Otra diferencia? Los hijos abandonan el hogar mucho más tarde. Están retrasando el momento de casarse, de comprar su primera vivienda, de tener su primer hijo y cada vez tienen menos. Todo esto sucede porque su situación económica es mucho más precaria. Sus vidas corren más riesgo debido a la creciente desigualdad.

Y, a medida que se incrementa la desigualdad, aumenta su disposición a considerar actores políticos más extremos porque su esperanza en el futuro disminuye. Y en todo el mundo estamos viendo que, incluso los jóvenes, en particular, están más abiertos a figuras políticas muy extremas. Todo esto es resultado del éxito de los oligarcas en aumentar la desigualdad en todo el mundo.

– ¿Diría, entonces, que los oligarcas y el sistema de protección de rentas crean desigualdad, y la desigualdad extrema es una amenaza para la democracia? [[2]]

– Totalmente.

– ¿Qué puede hacerse al respecto?

– Hemos visto en el pasado que los países de todo el mundo tienen la capacidad de limitar y reducir el poder oligárquico, aunque no necesariamente lo eliminen del todo. ¿Un ejemplo sencillo? Los controles que se pueden imponer sobre el uso del dinero en la política. Son medidas que se han usado antes en democracias de todo el mundo y hemos visto que son posibles. Pero para hacerlo, debemos tener una movilización más fuerte en la sociedad en torno a estas cuestiones. (la importancia de la movilización popular – RVL)

Otra cosa que se puede hacer es algo que ahora se está discutiendo seriamente entre Estados Unidos, la Unión Europea, Brasil y las Naciones Unidas: la posibilidad de un impuesto global sobre la riqueza. ¿Y por qué es importante? Porque si los países se coordinan en esta cuestión de gravar la riqueza, significa que los oligarcas no pueden utilizar la geografía global en contra de cada país. También hemos visto que cuando los ciudadanos comunes se organizan y se movilizan, especialmente a través de cosas como los sindicatos, su poder político para desafiar a los oligarcas aumenta significativamente.

Por lo tanto, hay cosas que se pueden hacer, pero deben hacerse de una manera que sea consciente del problema y responda directamente a él. No debemos ver el poder de la riqueza y el poder oligárquico como algo inevitable. Hay cosas muy concretas que se pueden hacer.

Comentario final: Amigo lector, subrayo una particularidad del autor que no se debe pasar por alto: es un profesor de la Universidad del Noroeste, también llamada Universidad Northwestern, es una universidad privada situada principalmente en la ciudad de Evanston, en el estado de Illinois; está constituida por doce escuelas y facultades de pregrado, posgrado y profesionales que ofrecen 123 titulaciones de pregrado y 145 de posgrado y profesionales. Suele posicionarse dentro de las diez mejores universidades de los Estados Unidos. En 2021, la revista U.S. News & World Report la colocó como novena en el país. Las universidades privadas tienen, por lo general, una estructura similar a las empresas, con un Directorios formado por profesores y empresarios aportantes que controlan la línea política de sus carreras, y por ende la de sus materias y titulares de sus cátedras. Su libro, Oligarquía obtuvo el premio al Mejor libro de Política comparada de la Asociación de Ciencias Políticas de Estados Unidos.

Todo esto me hace sospechar que, en ámbitos académicos, deben haber comenzado algunos debates sobre un capitalismo financierista, cuya concentración del capital en pocas manos ha generado una pobreza generalizada que pone en juego la estabilidad de todo el sistema, sobre todo en los Estados Unidos donde viven la mayoría de los oligarcas de los cuales escribe.

Además, lamento que BBC News Mundo no haya destinado a un periodista con una formación acorde al nivel intelectual del autor, esto hubiera enriquecido mucho el diálogo y extraído de la entrevista mucho más de la riqueza que el tema ofrece. RVL

[1] Es una metáfora que hace referencia al caudal de los ríos. En hidrología, un afluente corresponde a un curso de agua, también llamado tributario, que no desemboca en el mar, sino en otro río que suele ser más importante, de modo que crece constantemente.

[2] Comentario mío: el periodista que interroga no demuestra mucha agudeza, porque después de toda la información que volcó en la entrevista hace estas preguntas-

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