Un informe del Instituto Watson de Asuntos Internacionales y Públicos de la Universidad de Brown revela que las guerras de EE.UU. desde 2001, bajo excusa de la lucha antiterrorista, han dejado más de 4.5 millones de muertos, en Asia Occidental y África.
El estudio da a conocer las consecuencias de todas las guerras desatadas por EE.UU. tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, y lleva como título “cómo la muerte sobrevive a la guerra”, investigando a las personas que perdieron la vida en Afganistán, Irak, Libia, Pakistán, Somalia, Siria y Yemen.
Además de un millón muertos directos en los conflictos bélicos estimulados por EE.UU., el reporte detalla que más de 3.5 millones de personas murieron indirectamente por factores relacionados con la guerra, como economías fallidas, pobreza extrema, desnutrición y las enfermedades como el cólera y el sarampión.
“Estas guerras continúan para millones de personas en todo el mundo que viven y mueren a causa de sus efectos”, explicó la autora del informe Stephanie Savell, y enfatizó que las mujeres y los niños pequeños “sufren la peor parte de estos impactos continuos”.
Aunque la cifra total de decesos se desconoce con exactitud, el análisis estima que el saldo total de las guerras podría implicar al menos entre 4.5 y 4.6 millones víctimas fatales, agregando que las cifras continúan creciendo debido a los conflictos globales.
Savell también expone que las guerras de EE.UU. durante las recientes dos décadas han causado el desplazamiento de más de 38 millones de personas en todo el mundo.
EE.UU. inició la llamada guerra contra el terrorismo después de los ataques del 11-S a las Torres Gemelas, los que sirvieron de excusa perfecta para destruir a buena parte de Medio Oriente, especialmente aquella rica en petróleo y que rivalizaba con los intereses geopolíticos del país del norte e Israel.
