“Mutaciones constitucionales”: 57% de las leyes aprobadas en España en 2022 deriva de directrices europeas – Por Juan Manuel de Prada

Mutación constitucional
Por Juan Manuel de Prada

Entre las variantes más pintorescas del culto a los muertos se halla, sin duda, la que la derecha española profesa a la Constitución del 78. En la manifestación del pasado fin de semana se leía un texto lleno de apelaciones plañideras a este fiambre, donde se denunciaba que el doctor Sánchez y sus mariachis «colonizan masivamente instituciones» y «menoscaban el control parlamentario» de las leyes, desarrollando un plan de «mutación constitucional» que «se mantiene oculto a los ojos de la ciudadanía».

Pero se trata, por el contrario, de un plan por completo patente, perpetrado sin tapujos de ningún tipo, en plena sintonía con el espíritu del bodrio constitucional, que fue elaborado para permitir todo tipo de ‘mutaciones’. Entre los paladines de la ‘mutación constitucional’ se cuenta uno de sus padrecitos, Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón, miembro permanente del Consejo de Estado que ha dedicado a la cuestión diversos ensayos jurídicos. Para Herrero de Miñón, el «arcaísmo de la Constitución» está compensado «por su apertura a la mutación constitucional, capaz de, aun manteniendo el mismo texto, alterar su sentido». Esta ‘mutación’ del texto constitucional –prosigue Herrero de Miñón– permite «su adaptación a circunstancias muy distintas de las que el constituyente pudo contemplar». Se puede, por ejemplo, favorecer la «integración en instituciones supranacionales» y la «singularización y substantivación del autogobierno de una o varias comunidades [autónomas] en función de su identidad nacional». Que Herrero de Miñón cite estos dos ejemplos concretos como casos que justifican la ‘mutación constitucional’ convierte al doctor Sánchez en el mejor intérprete de la Constitución y no, como pretendían los ingenuos organizadores de esa manifestación, en su tergiversador.

La defensa que Herrero de Miñón hace de la ‘mutación constitucional’ ya la había afirmado sin ambages otro padrecito del bodrio, Gregorio Peces-Barba, cuando afirmó sarcásticamente que sus preceptos son un ‘flatus vocis’ que significarían una cosa o la contraria dependiendo de «la fuerza que esté detrás del poder político y de la interpretación de las leyes». Mientras los manifestantes se ataban al cadáver de un ‘flatus vocis’, el Parlamento europeo ensalzaba al doctor Sánchez porque un 57% de las leyes aprobadas en España en 2022 «deriva de directrices o decisiones europeas». Y en el Foro de Davos, pandemónium que convoca a todos los mamporreros al servicio del reinado plutocrático mundial, el doctor Sánchez era presentado ‘urbi et orbi’ como un ejemplo a seguir por cualquier gobernante. Da mucha pena que los españoles que se proclaman de derechas estén apacentados por personas desfasadas e incapaces de interpretar los signos de los tiempos, encadenadas al culto necrofílico de una Constitución fiambre que nació, precisamente, para amparar las ‘mutaciones’ que los escandalizan. Son ciegos que guían a ciegos; y si un ciego guía a otro ciego, los dos caerán en el hoyo.