Si la OTAN sigue escalando el conflicto, Rusia responderá de igual modo – Por Marcelo Ramírez

Por Marcelo Ramírez*

No sorprenderá a quienes han seguido nuestros análisis sobre el conflicto entre Rusia y China contra el Occidente Colectivo, ese nuevo nombre que ha tomado el viejo mundo anglosajón. Rusia ha comprendido que la Trampa de Tucídides seguía más vigente que nunca, y el poder hegemónico de los anglosajones, ya sea en su versión británica o estadounidense, estaba en decadencia y lo hacía en una forma acelerada.

El ascenso de China, que fue apurado por cierta dosis de suficiencia occidental, le permitió absorber capitales y tecnologías para desarrollar un poderío económico basado en la tecnología y la industria que la erigiría en pocas décadas en una superpotencia. Seguramente los occidentales creyeron en sus propias mentiras de que el modelo socialista es inherentemente corrupto e incapaz, sin embargo, Beijing ha demostrado que no es más que propaganda según exhibe el desempeño de su sistema.

Siempre el mundo anglosajón tiene una carta guardada en la manga y ese es el poder de sancionar económicamente y luego usar sus capacidades de desestabilización que pueden llegar a un ataque en manada como sufrieron tantos países desde Yugoslavia en adelante. Claro que el cálculo ha fallado, China no fue sobornable y Rusia se sublevó. Putin, a quien felicitaba Klauss Schwab en los 90, demostró que es un hábil jugador que puede esconder sus verdaderas intenciones hasta el momento en que sea conveniente revelar sus propósitos.

El presidente ruso ha sido el vocero de la rebelión contra el viejo orden mundial, desde el 2007 ha venido dando señales que hubieran sido alarmantes para cualquiera de los estadistas de la vieja guardia occidental, pero parece que los nuevos líderes, se caracterizan por otras cualidades y no la perspicacia. Los actuales mandatarios son básicamente personajes ineptos, incapaces de leer la realidad, sin más interés que promover las políticas de moda y desconociendo cuestiones más que elementales como que el poder real nace de la industria y la tecnología y no de los papeles financieros. Pensar que están luchando contra sistemas patriarcales no ayudará si no se comprende que sin energía abundante y barata es imposible cualquier épica.

La situación tal vez no se comprenda claramente por qué Occidente tiene a su servicio una incesante máquina de humo que ha distorsionado realidades para contener y tranquilizar a su población y a sus precarias élites políticas.
El “mundo libre” ha creído en sus propias fantasías de estar rodeados de un planeta dirigido por corruptos e incompetentes autócratas que serán derrotados por la superioridad propia. Así, se han desconocido múltiples señales sobre el desarrollo de China y Rusia en diversos campos como el militar, el económico, el tecnológico y otros.

La capacidad de propaganda ha tenido un rotundo éxito en hacer considerar lo que no es y permitir que los cuadros políticos dirigentes puedan manejar a su antojo a sociedades embrutecidas y confundidas. Pero allí mismo se encontraba la semilla de su propia destrucción porque nadie parece haber percibido la tormenta que se acercaba.
Occidente no tomó precauciones, embarcó sus capitales en la especulación y la corrupción ganando cuantioso dinero, pero perdiendo la capacidad real de generar riquezas, solo su poder se refleja en papeles que pierden su valor cuando el enemigo deja de aceptarlos.

El poder se escurrió sin que lo advirtieran, el enorme presupuesto militar, la última ratio de poder real, solo reflejó altísimos niveles de corrupción que escondían fracaso tras fracaso de nuevos proyectos. Mientras tanto, sus enemigos optimizaban cada centavo con innovadoras tecnologías que vuelcan la guerra a su favor.

El Occidente anglosajón hoy está conducido por un grupo de gerentes vacuos, sin conocimientos ni interés en que sus naciones tengan futuro. Seguramente con campañas apoyadas precisamente porque su incapacidad y banalidad los hacía perfectos gerentes para conducir la destrucción sin cuestionamientos ni rebeldías.
No puede ser casualidad que la cosecha dirigencial haya sido tan pobre en todos lados, solo mediocres e insulsos liderazgos que empujan inconscientemente el mundo hacia la guerra total.

Rusia, una nación de larga tradición guerrera endurecida a lo largo de siglos, con una población mucho más dispuesta a sacrificios y privaciones que las deconstruidas sociedades occidentales, ha avanzado de la forma más silenciosa posible antes de ponerse de pie para desafiar a los anglosajones. Habiendo sopesado pro y contra de cada acción y previsto una respuesta al soberbio occidente, ha conseguido que el modelo occidental comience a desmoronarse en todos los órdenes, incluyendo el militar.

No es entonces imposible comprender como la ya irrescatable Sanna Marín diga suelta de cuerpo en Davos que Rusia debe ser derrotada en el campo militar. Tal vez sea hora de que algún asesor le explique que lo suyo son los bailes en discotecas y besos con otras mujeres, y no la geopolítica. La hora actual ya no permite este tipo de tonterías, que se ven reafirmadas con el siempre bufonesco Boris Johnson, que desde su ocaso sigue insistiendo en derrotar a una Rusia infinitamente superior a su país, y a la alianza en concreto.

Medvédev ha sido una vez más el que no tiene pelos en la lengua y le recuerda a Occidente que una potencia nuclear no puede perder una guerra en un área de su seguridad, sin hacer uso de sus capacidades reales. Luego Peskov relativizó el uso nuclear en un juego de policía bueno y policía malo, pero el mensaje ha sido entregado.
Rusia ha comenzado a decir en voz alta que ya basta de enviar impunemente armas a Ucrania cada vez de mayor alcance y peligrosidad. Su país cree que debe derrotar a Occidente, porque de eso se trata finalmente, buscando desgastarlo y evitando una guerra con cientos si no miles de millones de muertos. Sin embargo, reitera que si personajes como Johnson piensan que Rusia seguramente no empleará las armas nucleares, se equivocan.
Moscú utilizará todo su potencial, y Putin ya ha advertido que si una pelea es inevitable, se debe golpear primero y con fuerza.

Las estrategias comienzan a analizarse, ya vemos que finalmente alguna prensa alternativa empieza a hablar del tema. La guerra nuclear es altamente probable y ya es asunto habitual en medios europeos que se preguntan sobre si es acertada la política europea de sumarse a un conflicto sin saber bien por qué. Resulta más que notorio que la UE solo ha encontrado pérdidas en esta cuestión de seguir a los EE. UU. en forma acrítica. Ya no solo por perjuicios económicos, sino porque la amenaza de la extinción en forma de un ataque ruso está a la vuelta de la esquina.

La situación bien puede resumirse en las recientes afirmaciones del CEO de Raytheon Technologies, Greg Hayes, uno de los mayores fabricantes de armas del mundo, quien afirmó que en solo 10 meses de guerra en Ucrania, se han consumido años de producción de misiles Stinger y Javelin, informa National Review. Hayes señaló que Raytheon produce 400 misiles Javelin al mes en asociación con Lockheed Martin, pero solamente en Ucrania han agotado el equivalente a 13 años de producción de Stinger y 5 años de producción de Javelin. “Entonces, la pregunta ahora es cómo vamos a reconstruir, reponer estas existencias”, agregó Hayes. 5.500 sistemas antitanques Javelin y 1.400 sistemas de misiles tierra-aire Stinger son la muestra de que EE. UU., la OTAN, empieza a ver enflaquecer sus existencias sin posibilidades de reabastecerse a corto plazo.

Dinamarca enviará 19 Caesar SPG a Ucrania, Gran Bretaña 30 AS 90, una cuarta parte de sus existencias. Estados Unidos ha irrumpido en su inventario de emergencia de municiones de 155 mm almacenadas en Israel y la lista continúa.

No todos están contentos y Scholz había informado que Alemania no enviaría sus Leopard II (no está claro que versión) si EE. UU. no ponía sus Abrams a disposición de Ucrania. Las razones pudieron ser políticas, porque Alemania no deja de pensar que una vez superado el problema con Rusia por Ucrania las relaciones deberían volver a la normalidad, porque la clave del éxito germano es el gas ruso barato. También pudo haber razones militares, si los Leopard II llegan al territorio serán blanco de los ataques rusos, quienes ya han comenzado a enviar masivamente los tanques T 90 proryv. Los T 90 proryv, la versión más desarrollada, son considerados superiores a los Leopard II, aun en su última versión A7 y los T 14 ya están haciendo pruebas de tiro en Rusia prestos para entrar en combate a la brevedad. Si los tanques alemanes son destruidos, es altamente probable que el desprestigio afecte los negocios de exportación.

Los aliados de Ucrania se reúnen en la base Ramstein, la mayor de los EE. UU. en Alemania. Allí decidirán cuál será el futuro, en principio se cree que la OTAN aguijoneada por los políticos irresponsables seguirá subiendo la apuesta. La entrega de materiales como nuevos sistemas de munición GLSDB con un alcance de 170 km y los dichos de Holanda sobre la posibilidad de enviar F16, aunque inapropiado, ejemplifican también las intenciones de escalar. Los políticos no pueden permitirse perder militarmente con Rusia porque eso será el fin de su hegemonía.

La situación llega a un punto peligroso, si la OTAN sigue escalando probablemente Rusia responderá de igual modo y tiene mayores capacidades militares. Europa Occidental será el principal blanco de los misiles rusos con cargas nucleares, Putin ha sido siempre muy claro y en una situación límite que ponga en riesgo la seguridad de su país, la decisión es irrevocable, Rusia no se quedará de brazos cruzados.

Los tiempos se aceleran, el mundo se aproxima a tiempos de definiciones. El mundo anglosajón pierde siglos de hegemonía y no tiene posibilidad alguna de evitar su caída. Un imperio más que cae en el olvido de la Historia, pero esta vez hay una diferencia. Hay armas nucleares y el poder de destrucción potencial, nadie lo tuvo hasta ahora.
Eso explica el abordaje cuidado de Rusia y de China, quieren la caída, pero suave ¿lo conseguirán?


*Marcelo Ramírez es analista en Geopolítica y director de AsiaTV.

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