The Economist, publicación propiedad de la familia Rothschild, se mostró decepcionada con el desempeño de Ucrania en la denominada “contraofensiva” contra las fuerzas rusas. La misma tenía, entre otros objetivos, recuperar los territorios de Donetsk y Lugansk. Según la publicación, la contraofensiva ucraniana fracasó, “se desvaneció” y el conflicto se encuentra “en un punto muerto”.
“La tan esperada contraofensiva, que comenzó en serio el 4 de junio, se desvaneció, con pocas ganancias o pérdidas territoriales para ambas partes”, afirma el medio británico en un artículo.
El diario explica que en el punto álgido de la ofensiva ucraniana, a mediados de agosto, se registraron diariamente casi 1.000 disparos de artillería. “Desde el 13 de octubre, sin embargo, hemos detectado menos de 300 impactos en días con cielos relativamente despejados, lo que sugiere una ralentización”, señala The Economist.
Además, según el medio, la contraofensiva durante este año no produjo prácticamente ninguna ganancia de territorio para el lado ucraniano.
“El propio general Valery Zaluzhny, comandante en jefe de Ucrania, lo reconoció en una reciente entrevista con The Economist. La tan esperada contraofensiva, que comenzó en serio el 4 de junio, ha fracasado” se lamenta la publicación.
“La munición sigue siendo una limitación, y la reducción de los fuegos sugiere que los proyectiles pueden estar escaseando justo cuando los proyectiles norcoreanos comienzan a fluir hacia Rusia a gran escala”, continúa en tono de pesar.
Zaluzhny admitió en su entrevista con The Economist que Rusia está en una mejor posición en el conflicto armado, dada su mayor población y una economía más robusta con mayores recursos, al tiempo que reconoció una falta de avances en la contraofensiva de Kiev.
“Al igual que en la Primera Guerra Mundial, hemos alcanzado el nivel de tecnología que nos pone en un punto muerto”, manifestó sobre el conflicto en curso.
Por último, The Economist vuelve a pedir a los “aliados occidentales” seguir apostando a la guerra, a pesar de los fracasos: “nuestros datos sugieren que el gran empuje de la contraofensiva ha terminado, no que la guerra lo haya hecho. Los socios de Ucrania deben planificar una larga lucha”.
