Al servicio de la plutocracia: mientras la izquierda avanza en la vanguardia, la derecha consolida la retaguardia – Por Juan Manuel de Prada

Por qué pierde la derecha en España
Por Juan Manuel de Prada

Cuando se perora sobre la «inesperada» (risum teneatis) derrota electoral de la derecha suelen soslayarse las razones más evidentes y abrumadoras, para que sus votantes sigan en su rueda para hamsters. Como ya hemos explicado mil veces, en el Régimen del 78 hay un partido de Estado encargado de pilotar la singladura; y sólo cuando hay que comerse un marrón de tamaño cósmico se deja gobernar a la chacha encargada de limpiar las vomitonas. Y, hasta que le toca limpiar la vomitona, a la chacha se le deja echarse novietes y guarrear en las verbenas, junto a otros menesteres propios de su condición ancilar; pero de gobernar, naranjas de la China. Y en esta ocasión tocaban naranjas de la China, pues el doctor Sánchez es un tipo que moja las bragas de la plutocracia internacional y de sus capataces de Bruselas.

Conviene reparar, por otro lado, en el patético paisaje de los gurúes mediáticos de la derecha, una pandilla basura que sigue anclada en paradigmas ideológicos obsoletos. Imaginemos a una persona honrada de izquierdas, que considera cambiar su voto y se pone a escuchar o leer a estos gurúes. Tendrá que adentrarse en una caverna platónica erizada de estalactitas y estalagmitas bolivarianas, habitada por las hidras y endriagos del «socialcomunismo», que vienen a imponer cartillas de racionamiento, planes quinquenales y gulag para el nene y la nena. Pero esta persona dispuesta a cambiar su voto se tropieza luego en el mundo real con esos «socialcomunistas», que en realidad son una panda de feladores y felatrices de Washington y de Bruselas, corifeos ecosostenibles de la agenda 2030, profetas del cambio climático, apóstoles de la sororidad (inclusiva de «tíes» con polla) y pioneros de todo experimento antropológico que reduzca la población; es decir, exactamente lo mismo que la derecha, pero en versión más intrépida.

De ahí que los gurúes de la derecha impongan esta distorsión cognitiva. Son gentes casposas a las que conviene que sus adeptos sigan enjaulados en el parque temático del comunismo antañón, porque la derecha que los sufraga necesita mantener vigentes estas caricaturas fósiles. De este modo, la pobre gente que se amamanta con la alfalfa que suministran estos gurúes mediáticos no advierte que, en realidad, la derecha no es más que una izquierda sucedánea y rezagada que en todo la imita, salvo en su condición pionera; pues, del mismo modo que a la izquierda corresponde el papel de avanzar en la línea de vanguardia, a la derecha le corresponde consolidar la retaguardia, limpiándola de elementos retrógrados. Por eso los gurúes mediáticos de la derecha nunca libran escaramuzas en los territorios donde verdaderamente se podría ofrecer batalla a la izquierda; porque en esos territorios acampa también la derecha, mamporrera y a rebufo.

El izquierdista honrado que pensaba cambiar su voto advierte entonces este embeleco y sigue votando a la izquierda, pues le aburren los sucedáneos. That’s all, folks.

Si te gustó este artículo apoyá a KontraInfo con tu suscripción. No recibimos ni recibiremos jamás dinero de ONG's ni partidos políticos. Por hacer un periodismo alternativo venimos siendo sistemáticamente censurados y desmonetizados. Ayudanos con tu suscripción, ingresando a este enlace. Colaboración por transferencia al CVU: 0000076500000019781431 Si vas a reproducir este material, citá la fuente: www.kontrainfo.com