Chile: aplastante derrota de la Constitución progresista, alcanzando el rechazo más del 62% en un duro golpe a Boric

Con el 98 % de las mesas escrutadas, el ‘Rechazo’ obtiene el 62 % de los votos frente al 38 % que alcanza el ‘Apruebo’. La participación fue del 75% del padrón, lo que implica un récord en el país sudamericano, con 13 millones de votantes. El resultado es también un claro fracaso del gobierno de Gabriel Boric, ya que el texto constitucional representaba en buena parte su propio ideario.

Antes de que se dieran a conocer los resultados, el presidente Gabriel Boric, quien viene de gestinar un nuevo endeudamiento con el FMI por U$S 18.500 millones de dólares y de firmar un acuerdo en materia de Defensa con el Reino Unido, invitó al Palacio de la Moneda a los presidentes de los partidos y a los líderes de la Cámara de Diputados y del Senado para que mañana participen en una reunión en la que analizarán en conjunto los pasos a seguir.

La diferencia tan amplia sorprendió, ya que todas las encuestas vaticinaban un triunfo del ‘Rechazo’ pero por un margen más estrecho. Una explicación puede radicar en los distintos grados de participación popular en las votaciones que eligieron a los constituyentes y la actual. A la hora de la elección de los redactores de la frustrada constitución la participación fue llamativamente baja (41%, 6 millones de votantes), y eso permitió la elección de constituyentes mayoritariamente de izquierda, con un rol importante de las estructuras partidarias. El 75% de participación que rechazó el texto final resulta más representativo de la constitución del electorado chileno, espantado de las ocurrencias progresistas que fueron incluidas en la derrotada Carta Magna, a pesar de que en 2020 una amplia mayoría de la población, cerca del 78%, había votado por cambiar la actual constitución.

Desde el Comando del Apruebo reconocieron que: “La ciudadanía ha decido rechazar el texto propuesto por la Convención Constitucional, y como comando del apruebo reconocemos este resultado y escuchamos con humildad lo que el pueblo de Chile ha manifestado”.

Antes de que se dieran a conocer los resultados, el presidente Gabriel Boric, quien viene de gestionar un nuevo endeudamiento con el FMI por U$S 18.500 millones de dólares, invitó al Palacio de la Moneda a los presidentes de los partidos y a los líderes de la Cámara de Diputados y del Senado para que mañana participen en una reunión en la que analizarán en conjunto los pasos a seguir.

Ahora, la clase dirigente tendrá que resolver el mecanismo que diseñará para avanzar en pos de otra propuesta constitucional bajo otro consenso más representativo. Mientras tanto, en Chile seguirá rigiendo la Constitución que se aprobó en 1980, aunque con decenas de modificaciones en el camino.

La analista Rocío Montes, explica: “Chile se enfrenta una crisis de inseguridad pública importante y, aunque se trata de un problema que ha crecido con los años, afecta directamente a la ciudadanía, que castiga al Gobierno de turno. La Administración de Boric, además, no siempre ha mostrado una postura inequívoca respecto del orden público, sobre todo con la violencia en La Araucanía y las regiones aledañas, que se agrava con los días. Esta situación se vuelve más compleja en el norte del país, con la crisis migratoria que afecta sobre todo a la vida cotidiana de la gente humilde de esa zona. La percepción de inseguridad se une al encarecimiento de la vida con una inflación del 13,1% interanual, como no se observaba desde hace tres décadas. En un referéndum que se ha vivido como un plebiscito a los gobernantes, ambos factores han influido en el rechazo a la Constitución”.

En medio de una sociedad cuyas principales demandas son la inseguridad, el trabajo y la salud, la “constitución progre” puso en cambio foco en otras cuestiones que generaron un fuerte rechazo:

-Aborto: la Constitución de 1980 protege “la vida del que está por nacer”. El movimiento feminista había, por el contrario, incluido “el derecho a una interrupción voluntaria del embarazo” que hubiera significado un cambio radical en un tema extremadamente delicado para la sociedad.

-Plurinacionalidad: El nuevo texto se ordenaba la creación de autonomías territoriales indígenas (12,8% de la población chilena) reconociendo 11 pueblos y naciones. Entre los puntos más polémicos estaba el reconocimiento de los sistemas jurídicos indígenas. El rechazo en la Araucanía trepó hasta casi el 74% de los votos.

-“Democracia paritaria”: las mujeres ocuparían, a través de un sistema de cupos, al menos el 50% de los poderes y órganos del Estado. De acuerdo a la dirigente María Elisa Quinteros, quien presidió la Convención Constitucional tras el fin del mandato de la académica mapuche Elisa Loncon Antileo, esta iba a ser “la primera Constitución paritaria del mundo”. “Los tribunales, cualquiera sea su competencia, deberán resolver los casos con enfoque de género, apunta el texto. Los que rechazan la normativa creen que este inciso podría afectar a la imparcialidad de los tribunales. “Los sistemas de justicia —deja de existir el Poder Judicial— deben adoptar todas las medidas para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra mujeres, diversidades y disidencias sexuales y de género, en todas sus manifestaciones y ámbitos”, señala el artículo”, explica la analista Antonia Laborde. Según el texto, las Fuerzas Armadas, integradas mayoritariamente por hombres, deben incorporar la perspectiva de género en el desempeño de sus funciones y promover la paridad en espacios de toma de decisión.

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