Guerra psicológica entre la OTAN y Rusia. ¿Qué ocurrió con el crucero Moskva? – Por Marcelo Ramírez

Por Marcelo Ramírez

El desconcierto y la guerra psicológica comienzan a verse a pleno en la guerra entre la OTAN y Rusia.

La noticia de la semana fue el hundimiento del crucero clase Slava de la Armada rusa “Moskva”, que era el buque insignia de la Flota del Mar Negro.

La noticia, sin embargo, se ha reducido apenas a un hecho indiscutible, el buque se hundió, pero a partir de allí se han tejido innumerables hipótesis de lo que ha sucedido. Pasando en limpio podemos citar en primer lugar que Ucrania se atribuyó el hundimiento sosteniendo que fue el resultado del impacto de dos misiles Neptune.

A poco de analizar esta noticia vemos que resulta bastante improbable y parece responder a una dosis de oportunismo de Kiev que cada día es más reducida en sus capacidades militares mientras su PBI se desploma un 40% como consecuencia de la guerra y el país se endeuda con miles de millones en dólares que los Estados occidentales proporcionan en armamentos de todo tipo y nivel, desde algunos francamente obsoleto hasta otros modernos y peligrosos.

Los misiles Neptune que dice haber usado Ucrania son un derivado de ese país del misil soviético KH-35, su alcance teórico es de 250 km y la masa de su cabeza explosiva es de unos 150kg, lo que lo hace apto para buques menores a 5.000 toneladas de desplazamiento. 

El Moskva tenía 12.500 toneladas y era demasiado grande para los Neptune, que además solo se construyeron 6 como un ensayo, pero nunca entraron en producción masiva.

No es el único problema, los especialistas en el área de misiles consideran bastante improbable que Kiev tenga capacidades para ubicar a 150 km al Moskva y guiar los misiles con precisión hasta el mismo llegando a la distancia donde el propio radar del misil pudiera completar la tarea.

Para ello debería haber contado con el apoyo iluminando el blanco de un avión P8 o Awacs de la OTAN, lo que agravaría el cuadro y que puede ser la explicación de la reticencia de Washington a aceptar la versión ucraniana.

Dicha versión se completa con un drone Bayraktar TB2 que actuó como distracción haciendo que los sistemas no vieran los misiles aproximándose. Esta versión es desechada porque los sistemas de detección del buque podían monitorear múltiples objetos a la vez.

Moscú por su parte señala como causa del hundimiento un incendio cuyos factores se desconocen. Esta clase de buques son bastante viejos y sus prestaciones pueden ser superadas por otros menores y sustancialmente más económicos como las pequeñas fragatas “Admiral Essen” y “Admiral Makarov” que lanzan misiles de alta precisión a una distancia de hasta 2,5 mil kilómetros, superando holgadamente los 700 km de los Vulkan que tenía el buque hundido.

Esta falla en el sistema antiincendios ya había sido señalada en la clase Slava, solo el crucero Mariscal Ustinov de la Flota del Mar del Norte había sido modernizado. La política rusa ha decidido invertir los recursos de las modernizaciones en otros tipos de naves como las mencionadas, que tienen mayor fuerza de impacto con los misiles Kalibr y los hipersónicos Tsirkón como los que porta la fragata Almirante Gorshkov de la clase homónima.

Los rusos citan antecedentes históricos de otros buques en los cuáles un incendio pudo haber hecho detonar la carga de misiles que portaban, por lo que se deducen que deberían haber modernizado la nave para prevenir esto, algo que como explicamos por su costo permite construir varias nuevas, lo que desaconseja la inversión.

Otras hipótesis barajadas son que haya chocado con alguna de las minas que los ucranianos dejaron boyando en el Mar Negro. Carentes ya de flota propia, los militares ucranianos decidieron colocar 400 minas sembradas y que están navegando a la deriva para complicar la navegación en el Mar Negro. Estas minas pudieron ocasionar el estallido, esta medida es peligrosa para los buques militares y civiles que puedan estar en el área y ya habían despertado alertas. Las características del Mar Negro con tempestades, aguas oscuras y grandes olas hacen extremadamente difícil ver las mismas y pudo haber tropezado el Moskva contra una de ellas.

Una hipótesis plausible es que los ucranianos, o militares pertenecientes a la OTAN hayan podido emplear los misiles antibuques AGM-84 Harpoon que el Reino Unido anunció que iba a suministrar a Ucrania. Estos misiles tienen una ojiva mayor (221 kg) a las Neptune pero su rango máximo llega a los 150 km y estaría dentro de los límites del misil. Dicho sea de paso, resulta poco creíble que el Neptune duplique el alcance del Harpoon, pero Kiev tiene una marcada tendencia a exagerar sus logros.

El punto de lanzamiento se cree que se situó en Odessa o en Rumania, una hipótesis más complicada por las consecuencias, pero hay que recordar que este país tiene reclamos sobre la isla Serpetine, que se hizo famosa por los soldados ucranianos que murieron en combate heroico contra el enemigo ruso y precisamente contra este mismo buque Moskva, aunque posteriormente estos soldados reaparecieron en manos rusas aclarando que se rindieron sin combatir y molestos porque Kiev los había abandonado y luego intentando hundir el buque que los trasladaba a Sebastopol.

Una hipótesis más es que hayan sido buzos tácticos que hayan colocado cargas de profundidad como sucedió con el buque insignia de la Flota del Mar Negro, el acorazado Novorossiysk que fue hundido presuntamente por cargas explosivas colocadas por buzos tácticos italianos, aunque hay más de una versión de lo que pasó con ese buque. Sin embargo, es muy difícil que haya sucedido lo mismo en el Moskva porque estaba demasiado alejado de tierra y Ucrania no tiene buques ni submarinos para acercarse, y si de alguna manera hubieran conseguido llegar hasta allí es extremadamente difícil que los buzos pudieran haber colocado las cargas en un buque en movimiento y con sistemas de alerta contra estas acciones.

Como vemos, mucha especulación, pero seguramente por algún tiempo no sabremos qué pasó en realidad y solo escucharemos las versiones de la prensa que es parte del conflicto y por lo tanto carece de objetividad.

El buque Moskva tenía poca importancia militar y Rusia lo puede reemplazar sin problemas, sin embargo, tiene una gran importancia simbólica por su nombre que en ruso significa Moscú, y por su trayectoria legendaria en la que muchos marinos y jefes de alta graduación de la Armada rusa han pasado a revistar entre su dotación.

Esto está produciendo una ola de indignación en Rusia donde muchos se preguntan por qué razón ha empleado Rusia menos del 8% de sus capacidades militares en Ucrania y por qué razón tiene tantas contemplaciones con los civiles si, al fin y al cabo, la prensa siempre dirá que las muertes son de su responsabilidad. Muchos creen que, si te van a pintar como el malo de la película, es necesario entonces asumir el papel y dar miedo de verdad.

La respuesta no es simple, nadie sabe exactamente qué pretende hacer Rusia, sus tácticas habituales esconden la verdadera estrategia como hemos visto luego de la penetración por el norte hacia Kiev y más tarde con la retirada voluntaria, acelerada e intempestiva para re posicionarse sobre el sudeste.

Rusia no sigue los patrones occidentales y sus acciones suelen no ser comprendidas por Occidente, las tropas rusas suelen combinar elementos modernos con otros que los occidentales consideran obsoletos.

Un ejemplo de ello son las cartas de navegación empleadas, una anécdota rusa cuenta que recibieron una visita de una delegación de oficiales de un barco extranjero. Uno de los invitados notó el uso de un sextante y se rio diciendo que es increíble los dispositivos antiguos que todavía usan estos rusos. El comandante de ese oficial risueño notó esto, se le acercó y le dijo: “Te estás riendo en vano. Un día, todos los sistemas satelitales fallarán, pero podrán determinar la ubicación de su nave a la antigua, y usted no podrá ubicar la suya”. Cabe recordar que Rusia y China han dado mucha atención a las armas antisatélites y la tecnología puede ser una trampa si Moscú decide golpear los sistemas de comunicación occidentales.

En estos días hemos conocido que Rusia por primera vez atacó las líneas de aprovisionamiento de Ucrania desde EE UU derribando un avión de transporte militar que llevaba armas de EEUU y que se sospecha contenía misiles Harpoon, pero aún es más inquietante que pueda haber armas de mayor alcance porque las autoridades estadounidenses no niegan esa posibilidad, que “está en estudio”.

¿Por qué razón el gobierno de Vladimir Putin no ordena la destrucción de todas las líneas de entrega y deja operar al Pentágono sin sobresaltos?

Rusia ha dado pasos muy duros en materia financiera socavando el poder del dólar prescindiendo de esa moneda y del euro para el comercio de la energía, y eso es un disparo debajo de la línea de flotación de los EEUU.

Todos saben que EEUU puede sostener un ejército de enorme magnitud con cientos de bases a lo largo del mundo, un gigantesco aparato de Inteligencia, capacidad para sobornar políticos, medios y jueces en buena parte del mundo, y todo ello se basa en el poder del dólar. Con una constante balanza comercial cuyo déficit se disparó un 27 % en 2021 con respecto al año anterior alcanzando los 859.100 millones de dólares. La fragilidad económica es visible. La UE tiene un déficit de 10 mil millones, pero es esperable que a raíz de las sanciones el déficit suba exponencialmente debido a los altos costos energéticos, de alimentos y la parálisis de buena parte de la industria.

Nuevas advertencias del empresariado alemán que alertan que sin suministro de gas ruso tendría interrupciones en la labor de la industria alimenticia alemana, segunda en importancia luego de la química, según declara Guido Zeitler, presidente del sindicato de esa rama Nahrung Genuss Gaststätten (NGG), lo que se suma a las advertencias de BASF sobre que deberá paralizar sus planes por carecer de materia prima.

¿Cómo hará EEUU con un socio rumbo al colapso como la UE y cada vez más países que dejan de usar el dólar en sus intercambios comerciales? La situación no tardará en volverse crítica, si los países más importantes no demandan dólares, esos dólares excedentes volverán a la economía estadounidense acelerando la inflación aún más y la receta de la FED parece ser frenar la actividad económica esterilizando la plaza, el resultado óptimo para una enorme caída económica con consecuencia de desempleo y protestas sociales.

La endeblez producida por la pérdida de protagonismo del dólar y el euro ocasionará que se acelere la caída de la economía y sea imposible seguir financiando un ejército y armas más novedosas. Lo mismo que venimos viendo, pero en forma más vertiginosa.

Entonces bien podemos preguntarnos cuánto resistirá la hegemonía de las elites anglosajonas que han visto derrumbarse la globalización y qué salida hipotética tienen.

La guerra en escala planetaria para derrotar a Rusia, luego a China y más tarde deberá someter a India para poder seguir humanizando el planeta.

Putin sabe todo esto y ha movido inteligentemente sus piezas en el terreno financiero, pero en el militar hoy hay dudas de si era lo correcto. Las informaciones indican que Ucrania se preparaba para atacar el Donbass y Crimea, hacer algo así contra Rusia es porque ha sido impulsada por alguien muy poderoso que no puede ser otro que la OTAN que le ha prometido su apoyo, lo que explica las rabietas de Zelensky demandando apoyo militar y económico a los líderes europeos y el silencio de estos ante las reprimendas.

El cerebro de la OTAN, los EEUU, le han prometido protección para envalentonar a Zelensky pero lo usan para desgastar a Rusia en una guerra interminable a costa de Ucrania. Rusia ha invadido ante los hechos consumados, pero su acción es expectante, ha intentado negociar con Zelensky pero éste ha dado marcha atrás con sus iniciativas luego de ir a consultas. ¿Puede haber otra explicación para esta situación? No parece probable.

El globalismo que anida en Washington sabe que no puede perder la partida financiera porque perderá la económica y a la larga, la militar, por lo cual pone en marcha las políticas que hemos visto con una feroz propaganda dirigida principalmente a su propia población para convencer a los occidentales de que Rusia es un tigre de papel que debe ser eliminado porque es una amenaza al sistema mundial. 

Rusia sigue en una especie de stand by militar, pese a las provocaciones deja a la OTAN hacer pacientemente, seguramente tratando de ganar tiempo para que las poblaciones occidentales vean el resultado de las sanciones y se amotinen contra sus gobiernos, encabezados por personajes muy poco serios como Johnson, Macron o el propio Biden.

Esta es una opción, aunque tal vez Putin sabe que la guerra es inevitable como alguna vez sugirió su canciller Lavrov y que como dice el Alto Representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad y vicepresidente de la Comisión Europea, Josep Borrell, quién asegura que el futuro se decidirá por vía militar.

Putin bien puede dejar hacer para mostrar al mundo y a sus propios ciudadanos que la OTAN busca la destrucción rusa y que por ello deberá actuar al costo que sea si quiere evitar que Rusia desaparezca de la faz de la tierra.

No sabemos cuál es el pensamiento de Putin, pero sí sabemos que Rusia es una potencia militar que puede destruir a la OTAN en minutos si hace uso de su verdadero arsenal estratégico y hacer lo propio con EEUU, a riesgo de sufrir daños extremos como represalia.

Muchos analistas occidentales creen que Rusia no tiene más capacidades que las demostradas y que si confronta con la OTAN será rápidamente derrotada, algo muy peligroso porque no es la verdadera situación y es fruto de la intensa propaganda mediática que corre el riesgo de ser creída por los propios actores.

La maskirovka rusa, el arte del engaño al enemigo no revelando las verdaderas intenciones bien puede ser lo que hoy estamos viendo, no pudiendo asegurar por qué Rusia no responde con todo su poder, ¿intenta no confrontar militarmente con Occidente o busca una justificación para desplegar todo su potencial sin miramientos?

La pregunta carece de respuesta, pero hay algo en claro, si no hay una definición militar el ocaso del globalismo occidental es un hecho, su respuesta para evitar el ascenso de un nuevo modelo mundial solo puede ser militar. Lo que no podemos asegurar es cómo actuará Rusia, sabe que el tiempo les dará mayor fortaleza y debilidad a sus enemigos, pero también que puede ser atacado en cualquier momento. 

Nadie creyó que Occidente iba a congelar los fondos rusos y que se involucraría hasta Suiza, si dio ese paso que equivale a una declaración de guerra bien puede dar un mismo golpe, pero militar.

¿Golpear primero o esperar a ver qué sucede? Esa es la incógnita que debe responder Putin, un líder que se caracteriza por no ser emocional e impulsivo y sopesar muy bien sus acciones no equivocándose en la política empleada hasta el momento.

 

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