Para la portavoz del Ministerio de Exteriores de Rusia, María Zajárova, la 68.ª edición del Festival de la Canción de Eurovisión, fue una representación del “funeral de Europa occidental”.
“Eurovisión 2024 superó cualquier orgía, aquelarre o sacrilegio ritual”, agregó la canciller rusa en su canal de Telegram. “Los funerales de Europa occidental se desarrollan como de costumbre. No hay sorpresas”, ironizó.
La diplomática acompañó su publicación con un video con extractos de las bizarras intervenciones de algunos de los participantes del concurso, entre ellos, el representante de Irlanda Bambie Thug (transexual de nombre real Cuntry Ray Robinson), que subió al escenario vestida como una bruja con cuernos, y el finlandés Teemu Keisteri, conocido como Windows95man, quien en la semifinal se presentó sin pantalones y tangas finas.
El irlandés Thug, a su vez, elogió al representante ‘no binario’ de Suiza, Nemo, quien ganó el certamen. “Estoy muy orgullosa de Nemo por ganar, estoy muy orgullosa de todos nosotros [que estuvimos] en el ‘top 10’, que hemos estado luchando por esto detrás de escena, porque ha sido muy difícil”, afirmó. Thug se definió como una “bruja gótica gremlin goblin” y “estrella de la ouija pop” (sic).
“Somos lo que es Eurovisión. La UER no es lo que es Eurovisión. Que se joda la UER, ya ni siquiera me importa. Que se jodan”, declaró “Bambie”, mostrando en alto los dedos medios de la mano. “Lo que nos convierte en concursantes, la comunidad que está detrás, el amor, el poder y el apoyo de todos nosotros es lo que está generando el cambio. El mundo ha hablado, los ‘queers’ vienen, los ‘no binarios’ a por la puta victoria”, destacó el irlandés.
El aquelarre incluyó a la concursante israelí Eden Golan, que fue recibida con abucheos dado el genocidio de palestinos en Gaza. A pesar de esto, declaró: “Estoy orgullosa de representar a mi país, sobre todo este año. Estoy recibiendo apoyo y cariño” (sic).
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