El juez Robert Peel, integrante del Poder Judicial de Reino Unido que decidió implementar el “protocolo” de eutanasia, envió una polémica carta al cónsul italiano en Manchester, Mateo Corradini, quien había solicitado el traslado inmediato de la niña a un hospital de Roma. La misma despertó la indignación de los padres de Indi. El juez que ordenó su muerte, escribió: “Como habrán escuchado, muy tristemente, Indi Gregory falleció… Su familia está en mis pensamientos. Supongo que no deseas continuar con la solicitud…”. Frente a esto, múltiples organizaciones que apoyaron a la familia expresaron que la hipocresía y el cinismo de la Justicia británica parece no tener límites.
Peel, es uno de los cuatro jueces que le negó a los padres de la pequeña Indi el derecho de trasladarla a Italia donde el gobierno le aseguraba mejores terapias paliativas en el Hospital Pediátrico Bambino Gesù de Roma, además de la ciudadanía de dicho país. Cabe remarcar que el gobierno italiano se había ofrecido a financiar el tratamiento completamente gratuito, sin coste alguno tanto para la familia como para el gobierno de Gran Bretaña.
El Tribunal Superior decidió que la bebé de apenas 8 meses sea desconectada de su asistencia respiratoria, contra la voluntad de sus padres, por padecer una enfermedad que fue considerada por los jueces como “incurable”.
La solicitud urgente del tutor italiano se produjo después de que Indi se convirtiera en ciudadana italiana a principios de esta semana y su tutor italiano emitiera una medida de emergencia reconociendo la autoridad de los tribunales italianos en este caso. La misma, pedía al juez Robert Peel que cediera la competencia del caso al tutor italiano en virtud del artículo 9§2 del Convenio de La Haya de 1996. Sin embargo, el Tribunal señaló que la intervención del gobierno italiano para intentar salvar la vida de la bebé era “totalmente equivocada”.
Además de Peel, la decisión de los jueces Peter Jackson, Eleanor King y Andrew Moylan estuvo en la misma sintonía: negando a los padres el permiso para apelar un fallo que afirmaba que el soporte vital de Indi no se podía retirar en casa, por lo que ordenaron que se retirara inmediatamente. Impidiendo que la familia de la bebé cumpliera con su último deseo de llevarse a Indi a casa para extubarla.
