Por Fausto Frank
Este miércoles arribó a Buenos Aires el director de la Agencia Central de Inteligencia de EE.UU. (CIA), William Burns, en visita no anunciada en la que sostuvo reuniones con altos funcionarios del Gobierno de Argentina, liderado por Javier Milei.
Fueron confirmados encuentros con el jefe de gabinete, Nicolás Posse, y el presidente de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), Silvestre Sívori, con la participación del embajador de EE.UU. en la Argentina, Marc Stanley. Posse ya había visto a Burns y a Richardson en su último viaje a Estados Unidos, a principios de este año.
Entre las temáticas abordadas, se encuentran el rol de la Argentina en la región para frenar el avance de China e Irán; el apoyo irrestricto a Ucrania e Israel en los conflictos armados en los que se encuentran; y la colaboración militar, que incluye la compra de aviones caza F-16 a Dinamarca. Con respecto a esto último, se confirmaría la compra, por lo que la próxima semana el ministro de Defensa Luis Petri recibiría la visita oficial de su par de Dinamarca, Troels Lund Poulsen, para la firma de la adquisición. La Fuerza Aérea Argentina, de destacada actuación en la Guerra de Malvinas, fue especialmente castigada por las sucesivas administraciones políticas, al punto de carecer de aviones de combate desde hace ya casi una década.
La compra de los F16 Fighting Falcon, de 40 años de antigüedad, no son más que un parche que en poco incide en la capacidad real de defensa de la Argentina, en particular cuando parte de su territorio (Malvinas) esta ocupado con una base de la OTAN y la electrónica de estos equipos adquiridos, además de ya obsoleta, pertenece a la misma alianza militar internacional que usurpa las islas. Nada de lo que sorprenderse, cuando hasta el desfile del 2 de abril de este año se canceló aduciendo “falta de presupuesto”, si bien la decisión habría respondido a quedar bien con la diplomacia británica.
Dentro de la problemática relativa a China, la base espacial de ese país en Neuquén, que EEUU siempre consideró se trata de uso dual civil/militar, sigue siendo motivo de preocupación para el país del norte.
Cabe recordar que uno de los documentos del Pentágono filtrados por Jack Teixeira, aseguraba que China contaba con medios cibernéticos (soft kill) para inutilizar satélites y que el sistema láser ruso Peresvet podía destruirlos (hard kill), mientras que para Todd Harrison, del Center for Strategic and International Studies (CSIS), rusos y chinos ya han desarrollado la capacidad para cegar los sensores ópticos de los satélites, de hecho, en 2007, China destruyó con un misil balístico uno de sus viejos satélites meteorológicos.
Recientemente, Laura Richardson, jefa del Comando Sur, dijo que la base china es una “gran preocupación”, pero, ante la pregunta de si Estados Unidos recomienda cerrar la estación, sostuvo que la Argentina es un “país soberano”. “Mientras trabajamos con ellos, obviamente compartimos nuestras preocupaciones sobre qué tipo de instalación es, que no tengan acceso a ella, que tengan un contrato por 50 años y que sean una de las tres estaciones de espacio profundo que tiene China”, dijo Richardson. “Obviamente, eso es una gran preocupación para mí como militar. Y luego la capacidad de lo que esa estación hace y hace por China, contra aliados y socios. Y por eso seguimos trabajando en colaboración con nuestros socios argentinos”, indicó.
“La llegada del funcionario de alto nivel del gobierno estadounidense forma parte de una agenda de trabajo común entre ambos países en materia de inteligencia y de lucha contra el terrorismo. La colaboración entre la CIA y la nueva conducción de la AFI tuvo su primer hito en enero de este año, cuando Posse y Sívori visitaron las oficinas que la Central de Inteligencia tiene en Washington”, informó la Jefatura de Gabinete en un comunicado.
De acuerdo a Infobae, medio argentino ligado a la Embajada de los EEUU, “Joseph Biden envió a Burns a Buenos Aires para ratificar su decisión política de considerar al gobierno de Javier Milei como su principal aliado en América Latina (…) Burns llegó a Balcarce 50 con una silenciosa custodia y en la explanada fue recibido por el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, y Marc Stanley, embajador de Estados Unidos en Argentina. Los tres subieron al primer piso de la Casa Rosada, y a posteriori se sumó Patricia Bullrich, ministra de Seguridad Nacional. La administración Biden está preocupada por la ofensiva de China en Argentina y América Latina, las operaciones de narcoterrorismo que pueden promover Hezbollah e Irán en asociación con los carteles de la región y los constantes ataques cibernéticos y de noticias fake que se ordenan desde Rusia para debilitar a las democracias del continente”. Esta versión fue además avalada por el propio Javier Milei en su cuenta de Twitter.
Resulta llamativo que Infobae se focalice en “Hezbollah” en la región: ¿futuro atentado de falsa bandera en puerta?
Con respecto al coqueteo de Milei con Donald Trump, el medio se encarga de aclarar: “Es cierto que en DC no cayó muy bien que el presidente se abrazara con Donald Trump -adversario de Biden en las elecciones de noviembre-, pero la Casa Blanca cree que derrotará al candidato republicano y que Milei puede actuar como un balance de poder frente a gobiernos de la región que comparten idéntica hoja de ruta con China, Rusia e Irán”.
Burns, designado en su cargo por el presidente Joe Biden en 2021, es considerado como “el director más poderoso que alguna vez tuvo la CIA en sus 76 años de historia”.
En dos semanas llegará a la Argentina la general Laura Richardson, quien tiene entre sus planes una visita a Neuquén y otra a Ushuaia, donde China tiene intenciones de construir un puerto. A nadie le sorprende el recorrido pautado.
El Boeing C-17A Globemaster III 8190 de la US Air Force, que trajo a William Burns a la Argentina.
