La Unión Democrática LGBT y el “peronismo trans” – Por Cristian Taborda

Por Cristian Taborda

El 19 de septiembre de 1945 se produjo en Argentina la “Marcha de la Constitución y la Libertad”, Clarin titulaba: “una muchedumbre de distintos credos se hizo presente”. La marcha que iba del Congreso a Recoleta estaba compuesta por radicales, socialistas, comunistas, demócratas cristianos, demócratas progresistas e incluso la UBA. Fue el primer paso a la conformación de la Unión Democrática que enfrentaría a Perón en elecciones bajo el lema de “combatir el nazifascismo”, una alianza promovida por Estados Unidos y el embajador demócrata Spruil Braden. 

Demasiadas son las coincidencias e igualita la metodología, una marcha que va de Congreso a Plaza de Mayo bajo la consigna de el “orgullo de ser libres” para combatir el “antifascismo” (inexistente) con una muchedumbre de distintos credos, con miras a la construcción de un “frente anti milei” tal como lo pidió el saliente embajador Marc Stanley y el entusiasta juan Grabois, que para hacerlo vario pinto pidió sumar hasta la retirada de escena Lilita Carrió. Milei no es Peron, claro esta, pero tiene los mismos enemigos políticos envidiables, y ya se sabe que en política la identidad se define por los amigos y enemigos, por un nosotros y un ellos, al que logró unificarlos a todos solo con un par de frases estridentes en Davos que parecieran la excusa perfecta para unirse todos aquellos que se detestan bajo un supuesto buenísimo y superioridad moral contra el avance “inhumano” sobre los derechos de las minorías de la burguesía porteña. 

De la mano, caminando juntos, desde la izquierda a la derecha liberal, desde Página 12 a La Nación, de Navarro a Novaresio, de Myriam Bregman a Jorge Macri, de La Cámpora al Pro, gorilas de todos los colores, gorilas rojos, gorilas amarillos y gorilitas blancos, no los une el amor sino el espanto, en un espanto de proyecto político que es la construcción de la nueva unión democrática lgbt, pero que en su renovación del siglo XXI cuenta con la participación estelar de las dos máximas instituciones del peronismo: el partido justicialista (PJ) y la confederación general de los trabajadores (CGT). Dos nuevas incorporaciones de lujo a las filas del progresismo local y la internacional socialista. Como si algo le faltara a la clase dirigente del peronismo para terminar de demostrar su lejanía con los trabajadores y la cultura del pueblo, adherir a los caprichos burgueses de los porteños. 

La decisión del PJ y la CGT de sumarse a la comparsa progresista no hace más que confirmar la profanación del peronismo, una deshonra, la prostitución del peronismo a la agenda progre, arrastrado atrás de una causa que nada tiene que ver con los trabajadores y los derechos sociales sino con los individuos y los derechos civiles liberales de las clases medias y altas. Es el travestismo vergonzoso del peronismo al progresismo, a un peronismo trans o transperonismo alejado de su doctrina y sus valores, un transperonismo de radicales, marxistas, comunistas, feministas, ecologistas, veganos, compuesto por todos menos por peronistas. No les preocupo el hambre, la destrucción de la industria, de las empresas, la desintegración social, la pérdida de nuestros valores, la colonización cultural, mucho menos que el ex presidente, el feminista número uno, golpeara a su mujer embarazada, pero se muestran enfurecidos ante un discurso de Milei por denunciar la agenda woke de las multinacionales y sus dislates, en un acting de indignación patético que ya nadie cree en la realidad actual. Un PJ y una CGT que eran de los trabajadores y pasaron a ser de las élites progresistas, que paso de la defensa de la soberanía a la defensa de la Agenda 2030, un peronismo que pasó de Perón a Soros. Como ha dicho el Profesor Marcelo Gullo en más de una oportunidad paso de ser un movimiento de liberación a uno de subordinación. Hoy el PJ es un partido para la dominación. Para dominar al pueblo no para liberarlo. Un partido al servicio de los dirigentes y no añ servicio del pueblo. Es por ello que han perdido toda representatividad y respeto.

Una marcha auspiciada por Amnistía internacional, ONG con sede en Londres, de la cual la cantante Lali Espósito se muestra orgullosa con una remera, por todos los medios de comunicación, multinacionales, todos los partidos políticos, todo el establishment. Salvo, la única excepción, Carl Schmitt decía que la excepción era un milagro, de Guillermo Moreno, que en un acto de locura y dignidad realizó aparte y a la misma hora juntamente un acto de campaña de su Partido Principios y Valores junto a sus militantes. 

La “Marcha de la Constitución y la Libertad”, se produjo antes del 17 de Octubre y de la irrupción de Perón. La esperanza es lo último que se pierde, quizás Perón es el futuro y sucede el milagro.