El dilema de EEUU: resignarse a ya no ser el hegemón global o acelerar la guerra escalando hasta lo nuclear – Por Marcelo Ramírez

Por Marcelo Ramírez*

Rusia acaba de firmar un nuevo acuerdo, uno más, para comerciar en las monedas locales prescindiendo del dólar y del euro, esta vez con la República Islámica de Irán. Este acuerdo se suma a otros que ha impulsado Rusia como los que tiene con China e India, asestando de esta manera no solo un golpe a la hegemonía del dólar de EEUU sino también le ha permitido avanzar sobre la idea primaria que es de generar un mundo multipolar, donde el uso de la moneda de reserva y de comercio tenga que ver más con esta realidad, que con la hegemonía del dólar con un pequeño espacio para el euro.

Esto permite que comience a visualizarse, a delinearse, un polo que va sumando gradualmente actores. Es obvio, pero igualmente necesario destacar que para desafiar exitosamente al dólar y a las fuerzas armadas de EEUU, hace falta generar mucha confianza en el éxito del proceso porque el castigo, si resulta fallido, será brutal. Hay experiencias históricas de cómo devuelven lo que consideran una sublevación al orden internacional actual y al control de la moneda, que es una de las grandes bases de este orden mencionado.

Ese polo se venía gestando con una Rusia cada vez más endurecida, era seguido por una China que tiene sus tiempos y mueve sus piezas sobre un terreno seguro y es muy reacia al aventurerismo geopolítico, proceso que era acompañado por un Irán que desconfiaba y reclamaba ser considerado como un gran actor regional. Este proceso se aceleró dramáticamente en estos meses a partir de la situación de Ucrania que forzó a Rusia a producir el asalto a la fortaleza neonazi al servicio de la OTAN que anidaba en Kiev y que según los documentos que reveló el Ministerio de Defensa de Rusia, se disponía  de producir un ataque masivo sobre el Donbass y sobre Crimea, desconociendo no solo los acuerdos de Minsk sino también comprometiendo la seguridad rusa al instalar a la OTAN en la fronteras directas y cerca del corazón de Rusia.

La firmeza de Rusia se consolidó con resultados económicos inesperados para Occidente, que esperaba el derrumbe ruso y que comenzó a disipar dudas en muchos aliados. Las intensas presiones del Occidente Colectivo sobre Rusia no sólo han fracasado sino que han tenido un coletazo que amenaza descontrolar las propias economías de los países que tenían la posición hostil hacia Rusia.

En el plano militar la tarea rusa avanza y ya empieza a ser lentamente reconocido que Ucrania está derrotada pese al apoyo gigantesco de EEUU y sus socios. La propaganda que mostraba a un ejército ruso obsoleto, sin moral de combate y carente de equipamiento y logística, finalmente produjo el replanteo sobre qué y cómo Rusia había planificado sus acciones, y que, si el gobierno de Kiev no se desintegraba, era solo usar otras de las acciones planificadas para conseguir los objetivos.

El panorama se ha vuelto extremadamente delicado para el Occidente Colectivo, las acciones financieras no dan buen resultado, la moneda rusa está bajo control, el dólar es reemplazado cada vez más por monedas locales, y la bomba nuclear financiera, como la presentaba la prensa global, que era la desconexión rusa del Swift, terminó siendo apenas un pequeño fuego artificial. 

A cada acción del mundo anglosajón y sus títeres, Rusia tenía una respuesta preparada, y hoy vemos que pone una nueva carta sobre la mesa. Muchos empresarios de este polo emergente, no solo rusos, y el propio Estado aprovecharon para comprar activos occidentales en ese país, porque sus empresas debían salir por presiones políticas de sus gobiernos, lo que significó una pérdida cuantiosa para estas empresas occidentales.

Pero no fueron el único problema, el Ministro de Finanzas Anton Sinualov, acaba de anunciar que como represalia a la acción de incautación de activos rusos en occidente, su gobierno va a congelar los activos occidentales, incluyendo las personas físicas, de los países hostiles. Es decir, las empresas mal vendieron sus activos para poder salir del país y ahora se encuentran con que todo el dinero ha quedado bloqueado en Rusia a la espera de que Moscú recupere los suyos. En realidad, nada que debiera asombrarnos y cualquiera debería imaginar, Occidente a estas acciones les respondería con un bombardeo de saturación, pero ese camino con Rusia no era viable.

La situación entonces está estancada, la ofensiva occidental en el plano económico se estrelló con una realidad impensada, no hay los socios suficientes, muchos países que creían que se iba a  sumar, se han reservado sus derechos y hasta la propia UE no consigue unanimidad y sigue comprando productos rusos de distintas maneras, no solo impidiendo el éxito pretendido sino pagando más por ellos. Así las cosas, naturalmente, la guerra económica no es de desgaste para Rusia, que también se ha visto afectada especialmente con las aerolíneas comerciales, sino también al propio occidente.

¿Quién se impondrá ahora en una guerra de desgaste económico? Un grupo tiene el papel moneda más importante, el manejo de las finanzas especulativas, de servicios ligados a estas y del aparato propagandístico llamado prensa y entretenimiento. El otro grupo tiene la aplastante mayoría demográfica, el país que es la primera economía medida por PPA, la tecnología militar más disruptiva como Rusia, los mercados en crecimiento más importantes y cuentan con la posesión de la mayor parte de la energía, minerales y alimentos. La victoria parece al alcance de estos últimos que son quienes tienen los bienes tangibles, reales. Occidente no puede sobrevivir sin estos elementos que debe importar, mientras que el resto si puede sobrevivir sin lo que brinda Occidente, que bien puede ser reemplazado con el tiempo.

Esta situación tiene muchas aristas para Rusia, quien deberá movilizar sus capacidades aletargadas industriales ante el bloqueo generalizado. Mencionábamos la industria aeronáutica, sancionada, y dependiente del extranjero por repuestos y certificaciones de vuelos que brindan empresas y organismos internacionales en manos de occidente. Los repuestos ya tienen planes para ser fabricados localmente, tecnología hay de sobra y mientras tanto se recurrirá al mercado negro para conseguirlo mediante triangulaciones. Los papeles se solucionan creando nuevos organismos de control y eso harán.

Putin apenas había podido desarrollar sus ideas de producción en el área militar donde Rusia sacó armas innovadoras y sin equivalente en el mundo occidental, pero en el área económica la situación fue distinta y los negocios se impusieron según la visión liberal. ¿Por qué fabricar aviones propios si se puede comprar/alquilar a otros extranjeros? Bueno, ahora si es necesario fabricarlos. Esto termina finalmente con el enfrentamiento interno en Rusia por el modelo económico al verse la vulnerabilidad de la dependencia con un Occidente hostil. La única baza militar al alcance de Occidente parece ser la militar, donde su inagotable capacidad industrial bélica sacaría ventajas, ¿Inagotable? Tal vez tampoco es el caso.

EEUU -como hizo con el resto de la industria-, se dedicó a tercerizar y deslocalizar componentes claves para su industria, y si bien buena parte del armado final y el diseño siguen en sus manos, la cadena completa es un gran dolor de cabeza. Este problema se comenzó a notar con el caso del promocionado Javelin, cuyas prestaciones militares iban a cambiar el curso de la guerra. Remitidos en un gran número, hemos visto que no hay relación directa entre el número de envíos y los que efectivamente llegan a destino. La mayor parte de los Javelin, como otras tantas armas, se han desviado hacia el mercado negro, han sido destruidos por los ataques rusos, han fallado por distintas cuestiones, han sido manipulados erróneamente por falta de entrenamiento con esas armas o han sido capturados por los rusos.

La cantidad del sistema Javelin resulta entonces insuficiente y se piden más y más, las fábricas avisan que pueden producir unos 2.100 al año, y que con un sobreesfuerzo en un período de uno a tres años podrían duplicar la producción. El problema es que no solo es insuficiente la capacidad productiva, sino que emplean cerca de doscientos chips cada uno, chips que escasean en el mercado. Esto es solo una muestra de cómo la cadena logística de producción tiene serias dificultades para poder ensamblar, qué es lo que termina por hacer realmente la fábrica de EEUU, más cantidad de unidades. En realidad probablemente no puedan ni siquiera mantener el ritmo actual debido a las sanciones.

¿Cómo producir aviones o barcos sin titanio? Las minas están mayoritariamente bajo control ruso, este tipo de situaciones se encuentran a menudo y siembran dudas sobre si los EEUU tienen realmente la capacidad de sostener una guerra de desgaste con Rusia, apoyada seguramente por China y otras naciones. Si se preguntan por lo que aportan los otros socios de la OTAN, la respuesta es poca cosa, recuerden la molestia de Trump cuando exigía a los europeos invertir en equipamientos porque todo dependía de EEUU.

La situación ha variado, la idea inicial era de empantanar a Rusia en una guerra sin fin que desgastara sus recursos mientras su economía era demolida. Occidente armaría a las fuerzas ucranianas que se levantarían contra el invasor. Hoy vemos que el levantamiento jamás se produjo y la resistencia quedó en manos de grupos fanatizados neonazis y mercenarios, más algunas tropas regulares que pueda haber en el terreno. 

Pero la voluntad de lucha se derrumba, la caída de Mariupol significó la derrota de los más duros, las perspectivas son muy complicadas para el gobierno de Ucrania cuando los rusos parlantes festejan su liberación y la mayor parte de los ucranianos restantes, o que no huyeron de la guerra, son indiferentes al menos. Solo unos pocos hostiles prefieren continuar la guerra contra Rusia, la mayoría parece esperar terminar con la pesadilla que comenzó en el 2014.

Ucrania iba en rumbo al desastre y Occidente la convenció de que era lo que había, obligándola a saltar al vacío, conducida por un presidente toxicómano, lo cual lo hace fácil de manipular para Washington, cuya familia reside en una mansión en Israel y su dinero en cuentas occidentales. No hay ninguna posibilidad de que esto termine bien para el actual gobierno de Kiev.

El notable contraste terminará por decidir la lucha, mientras en Mariupol ya están llegando los materiales de construcción para reconstruir la ciudad, desde Occidente presionan para que Ucrania exporte sus granos para alimentar las mesas europeas, mientras que los hogares ucranianos se quedarán sin alimentos que son exportados. ¿O creyeron que los costos de las armas que reclama Zelensky nadie lo va a pagar? Lo van a pagar con los granos, que es lo único de valor que hoy le queda a Kiev.

Así las cosas ¿cómo pretende el Occidente Colectivo continuar el enfrentamiento a largo plazo? No puede sostener ni el esfuerzo militar por los cada vez más notorios problemas de abastecimiento y sus sociedades comenzarán a presionar por las condiciones de vida a los que las llevan. La cadena CNBC de los EEUU ha dicho que uno de cada cuatro británicos se saltea una comida al día y que cuatro de cada cinco creen que no podrán afrontar el costo de los alimentos en el futuro si esto no mejora.

Y hablando de EEUU, la derrota en las elecciones intermedias de los demócratas es un hecho, excepto que decidan hacer fraude, sea lo que sea la situación interna va a tensionarse. Es muy difícil entonces poder enfrentar a Rusia y sus aliados en estas circunstancias a largo plazo.

Las posibilidades entonces se reducirán a dos, la negociación para tratar de salir del entuerto y resignarse a ya no ser el hegemón global o acelerar la guerra escalando hasta lo nuclear. ¿Qué decidirá el Occidente Colectivo si la sociedad no les pone un límite a sus gobiernos? 


*Marcelo Ramírez es analista en Geopolítica. Director de AsiaTV.

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