Por Ricardo Vicente López
En una conferencia brindada, hace unos años, pero que por su contenido mantiene una llamativa actualidad, demuestra John Pilger (1939) que las peores cosas de este mundo no han cambiado significativamente. Todo ello no acobarda a este investigador, quien voy a comentar. Su trayectoria, muestra las múltiples facetas de su producción intelectual: cineasta, periodista y documentalista australiano; famoso por libros y documentales que ha escrito y/o producido. Su periodismo de investigación mereció el premio Periodista del Año inglés en dos ocasiones y el Premio de la Paz a los Medios de la Asociación de la ONU, por su La guerra que no vemos (The war you don’t see – 2010). Pilger propone un a filosa definición sobre la situación socio-política del mundo actual que, como se verá, mantiene total validez, aunque haya sido escrita hace un tiempo:
«La democracia liberal se orienta hacia una forma de dictadura corporativa que tiene como fachada a los medios de comunicación».
Lo cual le da pie a esta afirmación:
«Pensé que era necesario hablar de periodismo, de la guerra mediante el periodismo, la propaganda, y del silencio, y de cómo se podría romper ese silencio. Y recordé a Edward Bernays (1891–1995) [[1]], el así llamado Padre de las Relaciones Públicas. Escribió sobre un gobierno invisible que es el verdadero poder gobernante de nuestros países. Se refería al periodismo, los medios. Fue hace casi 80 años, no mucho después de la invención del periodismo corporativo. Es una historia de la que pocos periodistas hablan o saben, y comenzó con la llegada de la publicidad corporativa. A medida que las nuevas corporaciones comenzaron a adquirir la prensa, se inventó algo llamado “periodismo profesional”».
Es muy interesante la descripción que propone del proceso que dio lugar a ese nuevo orden político (nuevo en aquel momento, hoy imperante ya en el mundo globalizado). La estructura económico-financiera necesaria para sostener todo lo que significaba, esa nueva realidad de negocios, requería el aporte de unos cuantos millones de dólares. Lo comenta así:
«Para atraer a grandes anunciantes, la nueva prensa corporativa tenía que parecer respetable, pilares de los círculos dominantes – objetiva, imparcial, equilibrada. Se establecieron las primeras escuelas de periodismo, y se tejió una mitología de neutralidad liberal alrededor del periodista profesional. Asociaron el derecho a la libertad de expresión con los nuevos medios y con las grandes corporaciones, y todo el asunto fue: “totalmente espurio”».
Todo ello se cimentaba en los nuevos pilares de la verdad periodística. Verdad que se fundamentaba y justificaba a sí misma para un público que se iba educando en esos nuevos valores:
«Porque lo que el público no sabía era que para ser profesionales, los periodistas tenían que asegurar que las noticias y la opinión fueran dominadas por las fuentes oficiales, y eso no ha cambiado. Si se estudia el New York Times en cualquier día dado, y se comprueban las fuentes de las principales de sus historias políticas – del interior y del extranjero – se establecerá que están dominadas por el gobierno y por otros intereses establecidos. Es la esencia del periodismo profesional. No sugiero que el periodismo independiente haya sido o sea excluido, pero es más probable que sea una excepción honrosa».
Esto que queda afirmado, que puede ser una novedad para algunos ciudadanos de a pie, poco avisados [[2]] en el largo proceso de descomposición y corrupción del mundo periodístico, que se fue profundizando a partir de la segunda posguerra. Sin embargo, afirma Pilger, esto no es nuevo:
«No fue tan diferente del trabajo de numerosos periodistas famosos del Times, como por ejemplo el celebrado W.H. Lawrence [[3]] (1885-1950), que ayudó a ocultar los verdaderos efectos de la bomba atómica lanzada sobre Hiroshima en agosto de 1945. “No hay radioactividad en la ruina de Hiroshima” fue el título de su informe, y eso era falso».
La denuncia respecto de un poder oculto, fue publicada por Edward Bernays en su libro Propaganda (1928), aunque en la intención del autor no se trataba de una denuncia, sino de una prueba más de cómo funcionaba el verdadero poder en las primeras décadas del siglo pasado. Además de demostrar su importancia llegó a definirla como: “La propaganda es el órgano ejecutivo del gobierno invisible“. En el prólogo comienza afirmando:
«La manipulación consciente e inteligente de los hábitos y opiniones organizados de las masas es un elemento de importancia en la sociedad democrática. Quienes manipulan este mecanismo oculto de la sociedad constituyen el gobierno invisible que detenta el verdadero poder que rige el destino de nuestro país [EEUU]».
Hay que considerar cómo ha crecido el poder de ese gobierno invisible, dice Pilger:
«En 1983, 50 corporaciones poseían los principales medios globales, la mayoría de ellas estadounidenses. En 2002 había disminuido a sólo 9 corporaciones. Actualmente son probablemente unas 5. Rupert Murdoch [[4]] ha anticipado que habrá sólo tres gigantes mediáticos globales, y su compañía será uno de ellos. Por cierto, esta concentración del poder no es exclusiva de EE.UU. La BBC ha anunciado que expandirá sus emisiones a EE.UU., porque cree que los estadounidenses desean el periodismo de principios, objetivo, neutral, que hace famosa a la BBC. Han lanzado BBC América».
Agrega que la BBC comenzó en 1922, justo antes de que la prensa corporativa comenzara en EE.UU. Su fundador fue lord John Reith, quien creía que la imparcialidad y la objetividad constituían la esencia del profesionalismo. Ese mismo año los círculos gobernantes británicos estaban asediados. Los sindicatos habían llamado a una huelga general y los conservadores estaban aterrados ante la posibilidad de que una revolución estuviera en marcha. La nueva BBC vino a rescatarlos.
«Bajo extremo secreto, lord Reith escribió discursos anti-sindicalistas para el primer ministro conservador Stanley Baldwin y los transmitió a la nación, mientras se negaba a permitir que los dirigentes sindicales presentaran su caso hasta que terminó la huelga. Así se estableció un modelo. La imparcialidad era ciertamente un principio: un principio que era suspendido cada vez que los círculos gobernantes se sentían amenazados. Y esa forma de actuar ha sido mantenida desde entonces».
Avanza en sus reflexiones analizando la invasión a Iraq. Sobre la cual dice que hay dos estudios de las informaciones de la BBC. Uno muestra que la BBC otorgó sólo un 2% de su cobertura de Iraq al desacuerdo contrario a la guerra. Un segundo estudio de la Universidad del País de Gales muestra que en la preparación para la invasión, un 90% de las referencias de la BBC a armas de destrucción masiva sugería que Sadam Husein realmente las poseía, y que como consecuencia obvia Bush y Blair tenían razón.
«Ahora se sabe que la BBC y otros medios británicos fueron utilizados por el servicio secreto de inteligencia británico MI-6. En lo que llamaron Operación Atractivo de Masas, agentes del MI-6 colocaron historias sobre las armas de destrucción masiva de Sadam, como ser armas ocultas en sus palacios y en búnkeres subterráneos secretos. Todas esas historias eran falsas. Pero, en realidad ¿no se trata de eso?»
[1] Conocido como publicista, periodista e inventor de la Teoría de la propaganda y las Relaciones Públicas, fue sobrino de Sigmund Freud, y utilizó ideas relacionadas con el inconsciente en EEUU para la persuasión de la conciencia colectiva en el ámbito publicitario masivo, su libro más célebre Propaganda, se publicó en 1928.
[2] Se dice de las personas que cultivan una cierta ingenuidad respecto de la esfera política, tanto nacional, como internacional.
[3] Fue un escritor inglés, autor de novelas, cuentos, poemas, obras de teatro, ensayos, libros de viaje, pinturas, traducciones, y críticas literarias
[4] Es un empresario, inversor y magnate australiano nacionalizado estadounidense, director ejecutivo y principal accionista de las compañías Fox News, que comprenden medios tales como The Sun y The Times y cadenas de televisión como Fox y Sky.
CONTRA LA CENSURA: Si le gustó nuestro trabajo apoye a KontraInfo con su suscripción. No recibimos ni recibiremos jamás dinero de ONG's ni partidos políticos. Por hacer un periodismo alternativo venimos siendo sistemáticamente censurados y desmonetizados.
*Ayúdenos con su suscripción, ingresando a este enlace. *Colaboración por transferencia al Alias: ffrank8.ppay *Para donaciones internacionales, desde afuera de la Argentina, puede realizar su aporte a través de WESTERN UNION, ingresando a www.westernunion.com y enviando su donación al director del sitio, usando como datos:-Nombre del destinatario: Fausto Miguel Frank
-Lugar donde se recibirá la donación: Bahía Blanca, Argentina.
IMPORTANTE: guarde el "número de control de envío de dinero" (MTCN) y envíenos el monto destinado, número MTCN, nombre del donante y localidad de origen a nuestro email: info@kontrainfo.com Si va a reproducir este material, cite la fuente: www.kontrainfo.com