La viuda de José Ignacio Rucci, Nélida “Coca” Vaglio, decidió contar su testimonio, tras 50 años de silencio. Rucci fue la mano derecha de Juan D. Perón en los años de su retorno a la Argentina, secretario General de la Confederación General del Trabajo de la República Argentina y representante a la Unión Obrera Metalúrgica.
El 25 de septiembre de 1973, dos días después de que Juan Domingo Perón e Isabel Perón se impusieran en las elecciones de ese año con un 62% de votos, José Ignacio Rucci fue asesinado a balazos, acribillado con 25 balas disparadas por un comando de Montoneros, a las doce del mediodía cuando salía de su casa ubicada en Avellaneda 2953, en el barrio porteño de Flores.
El marco del Día Nacional de la Memoria, Verdad y Justicia y a 48 años del Golpe de Estado contra la presidente María Estela Martínez de Perón, en una entrevista radial, Nélida expresó que su necesidad de hablar fue debido a las declaraciones de quienes realizaron los actos por la conmemoración del inicio del Golpe del ’76.
“Tenía muchas ganas de hablar, porque ayer pasé un día terrible. Nunca pude entender por qué se borró la mitad de la historia. Tengo 94 años y yo viví el terrorismo en carne propia. Perdí la cuenta en que tenía que escapar con los chicos. Vivía escapando, no sabía de qué, hasta que lo mataron a José y seguí viviendo con terror”, inició su relato.
Y agregó: “Miraba la televisión y escuchaba las fanfarronadas que decían, las pavadas que decían. Porque era un día para manifestarse, sí, pero en silencio, porque eso lo sufrimos todos, no una parte, todos. Lástima que se olvidan de lo anterior, lo anterior los que lo han querido borrar. Y eso no se puede borrar, yo no lo puedo borrar“.
“Mi sufrimiento lo llevo en el alma. Y cuando ayer escuché las pavadas que decían, las fanfarronadas, no pude aguantar Lo anterior no se puede borrar”, subrayó Vaglio. “Dios me ayudó dándonme dos hermosos hijos y ocho nietos”, señaló.
La viuda de Rucci, recordó cuando su esposo asumió el liderazgo en la central obrera: “Al poco tiempo de asumir en la CGT empezaron las amenazas de muerte para él y mis hijos, Claudia y Aníbal. Todavía lo llevo en el alma. Por eso me duele enormemente que en este país se hable solamente de una parte. Ayer se festejó el día de la Memora, la Verdad y la Justicia incompleta. No cuentan la verdad. Yo sola sé lo que llevo en el alma hace más de 50 años. Acá vivimos el terrorismo, no eran montoneros, eran asesinos montoneros. Todos asesinos”, expresó.
Y se refirió al asesinato de Rucci en la tercera presidencia de Juan Domingo Perón: “Lo recuerdo terriblemente. Me salvé porque no era mi destino. Me salvó la llamada de teléfono de una amiga, porque siempre lo acompañaba hasta la puerta. Ahí escuché los tiros salí corriendo y me dio un bajón. El domingo cumplía 14 años Aníbal (uno de sus hijos) y el papá le quería hacer un asadito. Me cambié y me fui a la CGT. Lo viví todo como un sueño. No podía creer que hubiera asesinos que pudieran matar por matar, por tener ideas distintas”.
Al encontrarse con Perón, quien había manifestado que Rucci era como uno hijo, en un diálogo que mantuvo con Isabelita Perón, en el que buscaba alguna explicación al horror, recordó: “Yo pregunté: ‘¿Por qué, por qué?’ y me contestó: ‘Por leal señora, por leal’”.
Al ser consultada por el periodista sobre el matrimonio presidencial Kirchner y de “algunos Montoneros que llegaron a ocupar cargos en el gobierno de los Kirchner”, “Coca”, respondió: “Los premiaron todavía dándoles puestos y están viviendo dignamente en el interior y en el exterior, llenos de plata”.
“A mí mi marido no me dejó plata, pero me dejó el orgullo de un apellido, que lo decimos con la frente alta. Yo no quedé millonaria, yo tuve que salir a trabajar con honor, con honor, salí a trabajar, pero digo el apellido con orgullo”, concluyó la entrevista.
