Un abismo aparece tras el horizonte. Parte I – Por Ricardo Vicente López

Por Ricardo Vicente López

«La victoria más sorprendente de la oligarquía es la alienación, la pérdida de la conciencia colectiva ha hecho creer a la gente que sólo el mercado manda, y que los hombres y las mujeres no son los sujetos de su propia historia. Cuando los seres humanos nos sometemos a las leyes del mercado y las reproducimos en nuestra práctica individual; eso es alienación. Si rompiéramos con esta limitación avanzaríamos rápidamente en la senda del cambio».
-Jean Ziegler (1934) – Vicepresidente del Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas

Parte primera.- Primeras palabras.-

Estamos viviendo un período especial, caracterizado por los síntomas de la decadencia  que impone exigencias en diversos ámbitos de nuestra cotidianeidad. Lo que se pone de manifiesto es que el sistema político, el mundo, las instituciones (locales, nacionales, internacionales…) ya no están a la altura de las necesidades para cubrir las demandas sociales para las cuales fueron creadas y mucho menos para las que van apareciendo. Es un tiempo sorprendente, en el que los sucesos nos desbordan, por lo cual comienzan a dar lugar a una serie de consecuencias, que merecen un análisis más pormenorizado.

Aunque soy consciente de que gran parte de nosotros carecemos de las capacidades necesarias, y de los medios, para elaborar un análisis que pudiera responder a estos acontecimientos, ello no nos exime de nuestras obligaciones de ciudadanos. Además, para subrayar la complejidad del cuadro social, no son muchos los que advierten que estamos atravesando un tiempo extraordinario. Es un escenario lleno de anuncios potenciales que producirán una escena mundial aterrorizante, de características muy difíciles de prever.

Esos anuncios exigen una capacidad de detección muy afinada, que la cultura superficial de estas últimas décadas no promueve ni valora; es más: la desprecia. La banalidad ha sido establecida como el valor más representativo y cultivado, esto es presentado como una cultura de época, por los medios concentrados [[1]]. De ello se puede tener un reflejo bastante evidente si se presta atención [a pesar de que el mismo clima cultural intenta impedirlo] en la chatura y la mediocridad que se ha ido apoderando la dirigencia política, nacional e internacional.

Esto es más difícil, para la conciencia media del ciudadano de a pie, personaje que ha sido manipulado, desde el final de la II Guerra mundial, por esos medios de información concentrados. Estas personas, otrora, por regla general, buenas e ingenuas, fueron atacadas por los escuadrones de periodistas, entrenados en las escuelas de comunicación social [[2]], fundamentalmente las estadounidenses, que han convertido el espacio público en un campo de batalla, sin muertos, sólo personas sometidas a la tarea de ser imbecilizadas por el show-business [[3]].

Amigo lector le propongo un ejercicio de memoria: una reflexión sobre el panorama político internacional, con esta reflexión: En el tiempo posterior al final de la II Guerra mundial (los cincuenta y los sesenta) estaban al frente de los gobiernos de los países más importantes del mundo, personalidades que, con muchas y profundas diferencias políticas, demostraban un nivel excepcional de formación entre los responsables de Estado, esos que hacen historia. El juego se establece haciendo un paralelo entre dos épocas: aquellos cincuenta-sesenta frente a los noventa en adelante. Se puede colocar como un parteaguas con la caída del Muro de Berlín (1989). Se observa lo siguiente:

Para ese primer tiempo: Dwight Eisenhower o John F. Kennedy (EEUU), Winston Churchill (Reino Unido), Mao Tse tung (China), Joseph Stalin (URSS), Konrad Adenauer (Alemania), Charles de Gaulle (Francia). Para el segundo: Ronald Reagan y George Bush (EEUU), Anthony Blair (Reino Unido), Helmut Kohl (Alemania), Lionel Jospin (Francia) y probablemente algunos más pero no muchos. Este listado no tiene en cuenta más que sus capacidades políticas para ser un Jefe de Estado, más allá de sus cualidades morales.

Tal vez, amigo lector, Ud. no tenga una opinión definida sobre varios de los nombrados, pero lo que debo subrayar es que la estatura política de los primeros está muy por encima de los segundos. ¿Qué nos puede decir esto? Una respuesta posible es que el nivel exigible para ocupar esos cargos políticos fue perdiendo exigencias, desde los setenta del siglo XX. El marketing político y las campañas que se alimentaban de criterios de la publicidad comercial, contribuyó a eso.

Voy a arriesgar una sospecha mía: los ocupantes de la gran mesa de las decisiones político-estratégicas más importantes, quiero decir allí donde se toman las decisiones fundamentales, se fueron trasladando de los cargos políticos de los países a los puestos de las grandes multinacionales (unidades institucionales más complejas y poderosas). Se puede decir, con otras palabras: el poder se alejó de la política partidaria para concentrarse, cada vez más, en el mundo de las grandes corporaciones. Tomar este dato como punto de referencia me permite arriesgar algunas consideraciones.

Es muy difícil suponer qué ha sucedido. Pero es evidente que las grandes decisiones abandonaron el ámbito de la política institucional: escenario en el que ya sólo se representan obras menores. No es aceptable la hipótesis de que se haya producido un salto genético. Sin embargo es evidente que las personalidades más rescatables han ido alejándose de los pasillos de la política lugareña y ese vacío ha sido ocupado por los representantes de la mediocridad reinante: personajes que se asemejan a los representantes del ámbito televisivo. Una nueva ciencia dominó el espacio político: el marketing político, esto se trasluce en el lenguaje de los analistas, adoradores de esa cultura. Los políticos con aspiraciones de poder fueron advirtiendo que el verdadero poder se estaba concentrando en el nivel empresarial, teniendo como modelo los EEUU. Esto se ve corroborado por el hecho de que casi todos los candidatos a presidentes de los países más importantes pasaron a rendir examen en los encuentros de Davos:

«El Foro Económico Mundial reúne en Davos (Suiza) a los principales líderes empresariales, líderes políticos internacionales, así como periodistas e intelectuales selectos, a efectos de analizar los problemas más apremiantes que afronta el mundo; se fue imponiendo así el modelo de gestión de empresas de los EEUU. En ese camino, en el 2005, el Foro estableció la Comunidad de Líderes Jóvenes del Mundo, compuesta por políticos de variada procedencia, menores de 40 años, y de disciplinas y sectores diversos. Los líderes participan de la “Iniciativa 2030”: la creación de un plan de acción para alcanzar la visión de cómo será el mundo en ese año».

Creo que queda claro dónde está el centro del poder mundial. Es allí donde se fijan las políticas, en sus líneas generales, que se acuerdan en las reuniones anuales del Foro en las cuales se definen los lineamientos globales del año siguiente. También allí se terminan de formar los cuadros políticos del gobierno global. Estos se encaminarán hacia el gobierno de los países centrales. Hay una segunda línea, más mediocre, que repiten el catecismo y andan a los tumbos, esperando poder prestar servicio, para ello se van adaptando a esa modalidad del ser político… (made in USA) algunos triunfan y son adoptados por los grupos de poder de algunos países.

A veces, inoportunamente, aparece por la periferia un rebelde que se planta ante todos y propone otro modo de pensar apoyado por sus pueblos. Son raros… pero los hubo, los hay y los habrá.

[1] La concentración de la propiedad de los medios se considera como uno de los aspectos cruciales que reducen el pluralismo mediático; esta concentración aumenta las posibilidades de reducir la pluralidad de puntos de vista políticos, culturales y sociales.

[2] Sugiero, para un tratamiento más detallado, consultar en la página www.ricardovicentelopez.com.ar – Sección Biblioteca – mi trabajo El control de la opinión pública.

[3] En la mismo página se puede consultar mi trabajo La cultura Homero Simpson – el modelo que propone la globalización. Sugiero ver la miniserie de la BBC de Londres El siglo del Yo .- https://www.google.com/

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