Por Carlos Esteban
El Brexit aún colea, cuatro años después de la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea, y el primer ministro laborista británico, Keir Starmer, se ha reunido con la presidente de la Comisión para recomponer las enrarecidas relaciones entre el Reino Unidos y el club europeo. Y Von der Leyen le ha respondido que estupendo, pero que no le va a salir gratis: tendrá que aceptar a decenas de miles de inmigrantes.
La UE está decidida a hacer pagar a Reino Unido su fuga del grupo, condicionando un nuevo acuerdo postBrexit a concesiones británicas en materia de migración, pesca y movilidad juvenil.
En el cada vez más delicado y divisivo capítulo de la «inmigración», se prevé que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, exija a Starmer negociar un nuevo acuerdo sobre el retorno de migrantes, que podría obligar a Gran Bretaña a aceptar cuotas de solicitantes de asilo del continente. Si en Londres creían haber escapado de la UE, deberían darle otra vuelta.
Lo curioso es que el factor determinante que decidió el referéndum sobre el Brexit en el ya lejano 2016 fue, precisamente, la inmigración masiva. Los británicos se decantaron mayoritariamente por la salida del club europeo en la ingenua creencia de que así reducirían la llegada a la isla de miles de extranjeros procedentes del Tercer Mundo vía Calais. Ingenuos: la democracia, esa antigualla conocida como Voluntad Popular, tiene escaso peso en Bruselas. Sólo hay que ver cómo siete de cada tres ciudadanos comunitarios quieren frenar la invasión ante la aparente indiferencia de sus líderes.
Bruselas también ha instado al primer ministro a que acepte un nuevo plan de movilidad juvenil (como el que el Reino Unido disfruta con países como Australia y Japón), mientras que, a cambio, Starmer está presionando para impulsar el crecimiento en Reino Unido reduciendo los controles y el papeleo en una serie de exportaciones británicas.
Un diplomático de la UE declaró: «Tenemos intereses ofensivos en materia de movilidad juvenil y pesca que no deben descuidarse», mientras que otro añadió: «No hay almuerzos gratis ni selección selectiva», informa GB News.
Una fuente del Gobierno del Reino Unido, informa The Times, dijo que esperaban que Von der Leyen planteara las demandas de la UE en su reunión con Starmer el miércoles, pero advirtió que las negociaciones más detalladas no comenzarían hasta dentro de «un par de meses». «Se trata de establecer si hay una manera de avanzar de buena fe», dijeron.
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